“¡Ya
antes de que desaparezcan muchas generaciones, nuestras máquinas van a ser
movidas por la fuerza desde cualquier lugar del universo! En todo universo
existe energía”. Estas palabras las dijo
el genial científico Nikola Tesla. Y según Nexus Magazine: “El doctor Nikola Tesla era
considerado como una de las personas más conocidas de la Tierra. Hoy día ha
desaparecido de nuestros libros científicos y de los libros de texto. ¿Qué es
lo que descubrió y por qué cayó en el olvido?”. Hay
veces en que los grandes hombres pasan desapercibidos y olvidados, incluso
hasta denostados durante su vida, para, nada más morir, reconocerle todos sus
méritos, y en alguna ocasión como esta, después de casi cien años, aún se
siguen usando sus descubrimientos y se continua investigando sobre sus diseños,
teorías y aparatos. Fue un hombre que se había adelantado a su tiempo, en el
amplio sentido de la palabra.
Nikola Tesla nació el 9 de julio de 1856, en Smiljan, Croacia,
que por aquel entonces formaba parte del imperio Austro-Húngaro. Su padre
abandonó la carrera militar para convertirse en sacerdote de la Iglesia
Ortodoxa Serbia. Su madre, aunque no recibió educación formal alguna, era
brillante y tenía una memoria excepcional. Tesla siempre decía que su madre era
la fuente de sus capacidades intelectuales. No obstante, la temprana
muerte accidental de su hermano lo dejó marcado para toda su vida, ya que se
consideraba culpable de ese accidente. Y con esa culpa cargó hasta el día
de su muerte. Nikola Tesla fue, sin ninguna duda, el más grande genio del siglo
XIX y XX. Nuestro estilo de vida ahora, la tecnología que damos por normal,
todo esto es posible por este hombre increíble. No obstante, a pesar de todas
sus contribuciones a la ciencia, su nombre es poco recordado fuera del campo de
la física. De hecho, Thomas Edison es a menudo erróneamente acreditado en los
libros de texto con invenciones que fueron realmente desarrolladas y patentadas
por Tesla.
La mayoría de los eruditos reconocen que la oscuridad en torno a
Tesla es parcialmente debida a sus maneras excéntricas y a sus
fantásticas afirmaciones, durante los años decadentes de su vida, de
comunicarse con otros planetas y sobre sus rayos mortales. Es ahora sabido
que muchos de estos fantásticos inventos de Tesla son científicamente válidos y
funcionales. Simplemente le ha tomado a la humanidad mucho tiempo ponerse al
día con algunas de las asombrosas ideas de un hombre que murió en 1943. Es
conocido que Tesla sufrió problemas financieros en su vida adulta. Por esto,
Telsa tenía que mudarse continuamente al no poder costearse sus viviendas. El
Hotel Waldorf Astoria en Nueva York fue la residencia de Tesla durante veinte
años, y tuvo que mudarse en 1920 al no poder costearlo más. Luego se mudó al
Hotel San Regis, pero de nuevo fue forzado a desocuparlo debido a la carencia
de apoyo financiero. Forzado a mudarse de hotel en hotel, a menudo dejó baúles
con documentos, como garantía por sus deudas. Estos baúles, que fueron
ansiosamente buscados después de la muerte de Tesla, se habían vuelto la clave
para abrir el misterio de quien fue realmente Nikola Tesla y la increíble vida que
llevó secretamente.
Tesla investigó las ondas de alto voltaje, de alta y baja
frecuencia y sus efectos terrestres, atmosféricos y sobre los cuerpos sólidos.
También fijó las bases científicas de la Teoría Dinámica de la Gravedad así como varias formas de
obtener energía libre. Hacia 1900, Tesla dirigió especialmente sus
investigaciones a la electropulsión y efectuó una serie de experimentos en
Colorado Springs. Los resultados de estos experimentos fueron tan colosales que
dejaron a los científicos del momento sin habla. Cuando Tesla llegó a EE.UU.
llevaba bajo el brazo los planos para la construcción del primer Platillo Volador del mundo, que volaba sin necesidad de
energía externa. Tenía intención de presentarlos en la convención de Ginebra
como solución para lograr la paz mundial y para la liberación de la Energía.
Tenía fantásticas teorías sobre el magnetismo y la anti gravedad, así
como sobre otras formas de “energía libre“. La
tecnología de la autopropulsión, inventada por Tesla, fue la base de las naves
espaciales tripuladas que hoy llamamos “platillos volantes“.
Pero el gobierno de los Estados Unidos nunca dio a Tesla la oportunidad de
poner en práctica todos sus hallazgos. Sin embargo, aquellas invenciones de
Tesla fueron utilizadas por la Alemania Nazi en sus” Foo Fighters” entre
1920-30 y posteriormente en ingenios mucho más avanzados.
Nikola Tesla ha sido acreditado como creador de mucha de
la tecnología que hoy en día tenemos. Sin el genio de Tesla, no tendríamos
radio, televisión, electricidad AC, la bobina de Tesla, iluminación
fluorescente, las luces de neón, dispositivos de radio control, robótica,
rayos-X, radar, micro ondas y docenas de otros asombrosos inventos. Debido a
esto, no es de sorprenderse que Tesla también investigó en el mundo del vuelo y
posiblemente de la antigravedad. De hecho, su última patente, en 1928, era
para una máquina voladora que asemejaba tanto a un helicóptero como a un avión.
Antes de morir, Tesla ideó, según informes, los planos para el motor de una
nave espacial. El la llamó Space Drive o impulsión del campo
anti-electromagnético. Nikola Tesla recientemente ha sido sujeto de
controversia, debido a que se afirma que estuvo involucrado en uno de los
misterios más secretos de la II Guerra Mundial, El Experimento Filadelfia.
Este experimento, también conocido como Proyecto Arco Iris, fue supuestamente un intento por parte
de la Marina de crear un barco que no pudiera ser detectado por minas
magnéticas y/o radar. Sin embargo, sus resultados fueron muy diferentes y
mucho más peligrosos de lo que la Marina hubiera esperado. Las pruebas habrían
empezado el verano de 1943, y hasta cierto punto tuvieron éxito al principio.
Una prueba, el 22 de julio de 1943, volvió al USS Eldridge casi
totalmente invisible, con algunos testigos reportando una “niebla verdosa“. Sin embargo, algunos miembros de la
tripulación se quejaron posteriormente de náuseas.
En ese momento, el experimento fue alterado a petición de la
Marina, con el objetivo de hacer al navío invisible únicamente a los radares.
El equipo fue recalibrado y el experimento se llevó a cabo el 28 de octubre de
1943. Esta vez, el Eldridge no
sólo se volvió totalmente invisible a la vista, sino que de hecho desapareció
del área en un relámpago azul. Al mismo tiempo, la base naval estadounidense en
Norfolk, Virginia, a 600 km de distancia, un tripulante en sus costas declaró
haber visto al Eldridge durante
15 minutos, al final de los cuales desapareció, para volver a aparecer en
Filadelfia, en sus coordenadas originales. Fue, supuestamente, un caso
accidental de teletransportación. Según el relato de Carl Allen, los efectos
fisiológicos en la tripulación fueron profundos. Mareos muy violentos, personal
que desapareció por completo, otros que simplemente se volvieron locos o
padecieron esquizofrenia severa. Y lo más terrorífico fue el hallazgo de cinco
miembros de la tripulación fundidos completamente con la estructura de metal de
la proa del buque, mientras otros tantos sufrieron desmaterializaciones de
algunas partes de sus cuerpos. Supuestamente, los oficiales navales,
horrorizados cancelaron el experimento inmediatamente. Los supervivientes nunca
fueron los mismos, y permanecieron en una suerte de amnesia total.
Otro invento basado en las teorías de Nikola Tesla es el High Frequency Active Auroral
Research Program o HAARP (programa de investigación de aurora activa de alta frecuencia)
es un programa ionosférico financiado por la Fuerza Aérea y la Marina de los
Estados Unidos, la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) y la
Universidad de Alaska. Su objetivo es estudiar las propiedades de la ionosfera
y potenciar los avances tecnológicos que permitan mejorar su capacidad para
favorecer las radiocomunicaciones y los sistemas de vigilancia (tales como la
detección de misiles). El programa HAARP fue objeto de controversia a mediados
de los años 1990, debido a la hipótesis de que las antenas de la Estación
podrían usarse como armamento. En agosto de 2002, la tecnología HAARP tuvo una
mención como tema crítico en la Duma (parlamento) de Rusia. La Duma elaboró un
comunicado de prensa sobre el programa HAARP, escrito por los comités de
defensa y asuntos internacionales, firmado por 90 representantes y presentado
al entonces presidente Vladimir Putin. El comunicado de prensa indicaba lo
siguiente: “Los Estados Unidos están creando nuevas armas
integrales de carácter geofísico que puede influir en la tropósfera con ondas
de radio de baja frecuencia… La importancia de este salto cualitativo es
comparable a la transición de las armas blancas a las armas de fuego, o de las
armas convencionales a las armas nucleares. Este nuevo tipo de armas difiere de
las de cualquier otro tipo conocido en que la tropósfera y sus componentes se
convierten en objetos sobre los cuales se puede influir“.
Este proyecto ha sido ampliamente criticado y tema de numerosas
teorías de conspiración; acusado de ocultar su verdadero propósito. El
periodista Sharon Weinberger llamó al HAARP; “el Moby-Dick de las conspiraciones”. El informático David Naiditch
denominó a este como “un imán de teorías”, ya que ha sido culpado por accionar
catástrofes tales como inundaciones, sequías, huracanes, tormentas, y
terremotos devastadores en Afganistán y las Filipinas, dirigido según se dice a
combatir a terroristas. Naiditch también los acusó de diversos acontecimientos,
incluyendo los fallos eléctricos importantes del avión de la TWA (vuelo 800)
o el síndrome del Golfo, entre otros. Hasta el momento, en ningún lugar en
que se apoye las “Teorías de la Conspiración”
se ha mostrado cómo sería posible que las ondas de radiofrecuencia producidas
por el HAARP puedan provocar efectos tales como terremotos. En agosto de 2010,
varios físicos rusos acusaron a EEUU de estar tras la intensa ola de calor rusa
que originó numerosos incendios y duplicó la mortalidad. Afirmaban que el
proyecto HAARP no es solo un medio de investigación, sino una potente arma que
modifica el campo eléctrico y provoca cambios climáticos a nivel mundial.
No se sabe a ciencia cierta si Tesla usó alguna vez su “rayo de la muerte“, o si tuvo éxito construyendo uno. Pero
algo pasó una noche en 1908 cuando Tesla dice que probó el arma. El 30 de junio
de 1908, una explosión de gran magnitud había devastado Tunguska, un área remota en el desierto Siberiano. Se
habían destruido quinientos mil acres de tierra de un modo instantáneo. Con una
potencia equivalente a diez a quince megatones de TNT, la casualidad quiso que
Tunguska haya sido la explosión más poderosa que ha ocurrido en la historia
humana, ya que incluso las detonaciones termonucleares posteriores no
la han superado. La explosión pudo ser oída a una distancia de 620 millas. Los
científicos creen que fue causada por o un meteorito o un fragmento de un
cometa, aunque no se encontraron ni el lugar del impacto, ni restos de mineral
de dicho objeto. Nikola Tesla tenía una explicación diferente. Era obvio que su
“rayo de la muerte“ había llegado más
allá de su blanco inicial y Tunguska había sido destruida. Él estaba agradecido
al hecho de que la explosión milagrosamente, no mató a ninguna persona. Tesla
desmanteló el rayo de muerte enseguida, ya que juzgaba que era demasiado
peligroso para existir. Seis años después, con la Primera Guerra Mundial, Tesla
recapacitó y escribió al Presidente Wilson, revelándole su prueba con el “rayo
de la muerte“ de modo confidencial. Él se ofreció a reconstruir el arma para el
Departamento de Guerra, para que fuese usado puramente como un elemento
disuasivo. Solamente la amenaza de tal fuerza destructiva, obligaría a las
naciones bélicas a llegar a un acuerdo para establecer una paz duradera. La
única contestación a la propuesta de Tesla fue una carta de reconocimiento de
la secretaria del presidente. Se supone que el rayo de muerte nunca fue
reconstruido.
Cuando Tesla murió el 7 de enero de 1943, a la edad de 86 años,
representantes de la Oficina de Propiedad de Extranjeros, a petición del FBI,
fueron a los hoteles de Nueva York donde se había hospedado y se apoderaron de
todas sus pertenencias. Dos camiones llenos de documentos, muebles y artefactos
fueron enviados a la Compañía de Bodegas y Almacenamiento de Manhattan. Después
de la muerte de Tesla se dictó un plan del gobierno de los Estados Unidos para
encontrar todos sus documentos, notas e investigaciones antes de que otras
potencias extranjeros pudieran encontrarlos. Era conocido por el FBI que la
inteligencia alemana ya se había apoderado de una gran cantidad de las
investigaciones de Tesla varios años antes de su muerte. El material robado, se
piensa, eventualmente resultaría en el desarrollo de los platillos voladores de los Nazis. Los Estados Unidos iban
a asegurarse que esto no sucediera de nuevo. Cualquier cosa, aun remotamente
asociada con este gran hombre, fue rápidamente confiscada y guardada en las
redes secretas de los Estados Unidos antes de la II Guerra Mundial. Sin
embargo, más de una docena de cajas con las pertenencias de Tesla, dejadas
atrás en hoteles como el Waldorf Astoria, el Governor Clinton y el San
Regis ya habían sido vendidos para pagar las excepcionales deudas de Tesla. La
mayor parte de estas cajas y los secretos que contenían nunca han sido
encontrados. Esta carga fue agregada a los casi treinta barriles y bultos que
habían estado en almacenamiento desde 1930, y la colección entera fue sellada.
La mayor parte de estas cajas y los secretos que contenían nunca
han sido encontrados. En 1976, cuatro cajas indistinguibles de papeles fueron
subastadas en la venta de la propiedad de un tal Michael P. Bornes,
vendedor de libros en Manhattan. Esta subasta tuvo lugar en Newark, Nueva
Jersey, con las cajas y sus contenidos siendo comprados por Dale Alfrey por la
suma de veinticinco dólares. Alfey no tenía idea lo que había en las cajas al
comprarlas. Cuando más tarde las revisó, se sorprendió al encontrar lo que
parecían ser documentos de laboratorio y notas personales de Nikola Tesla.
Algunos de los papeles perdidos de Tesla habían resurgido. No obstante, debido
a la ignorancia de su importancia casi se pierden una vez más. En 1976, el
nombre de Nikola Tesla no era muy conocido. Alfrey no tenía idea de la
importancia de los papeles que ahora le pertenecían. Revisando una increíble
cantidad de material, el primer pensamiento de Alfrey es que había destapado
las notas de un escritor de ciencia ficción. Lo que leyó fue tan increíble que
parecía imposible que algo de eso fuera cierto.
Teniendo poco interés en lo que había comprado, Alfrey escondió
las cajas en su sótano, pensando que las revisaría de nuevo más tarde, cuando
tuviera más tiempo. Pasaron veinte años antes de que Alfrey encontrara tiempo
para abrir las extrañas cajas. Desafortunadamente, el tiempo no fue muy amable
con el preciado contenido dentro de las cajas. Ya para entonces, los papeles se
habían enmohecido gravemente, y la tinta se había descolorado por los años en
el húmedo sótano. Alfrey estaba determinado a no dejar desaparecer para siempre
este material y comenzó el laborioso esfuerzo de tratar de transcribir la
información antes que fuera demasiado tarde. Sin embargo, Alfrey pronto se
encontró capturado en la lectura de los notables papeles. Las notas de Tesla
eran sorprendentes por sus revelaciones de la vida secreta del científico. Una
vida que hasta ese momento nunca había sido mencionada por Tesla o documentada
por sus biógrafos.
Estos diarios perdidos revelaban que en 1899, mientras estaba en
Colorado Springs, Tesla interceptó comunicaciones de seres extraterrestres que secretamente
estaban controlando a la humanidad. Estas criaturas estaban
preparando a los humanos para una eventual conquista y dominación, usando un
programa que había existido desde la creación de la humanidad, pero que ahora
se estaba acelerando debido al mayor conocimiento científico en la Tierra.
Tesla escribió sobre sus años de investigaciones para interpretar las extrañas
señales de radio y sus intentos de notificar al gobierno y a los militares lo
que sabía. Pero sus cartas, al parecer, se quedaron sin respuesta. Tesla habló
en confianza con varios de sus benefactores, incluyendo el Coronel John Jacob
Astor, quien era propietario del hotel Waldorf Astoria. Estos benefactores
escuchaban a Tesla, y secretamente fundaron lo que fue el comienzo de la
primera batalla de la humanidad para obtener el control de su propio destino.
Una batalla puesta en movimiento por Nikola Tesla. Mientras que esta
información parece absolutamente increíble, Tesla dio pistas ocasionales de su
difícil situación en varias entrevistas en periódicos y revistas.
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