Un hombre relató que antes, un tal Yaribe fue alcanzado por el
rayo pero volvió a revivir y a partir de aquel incidente se convirtió en
chaman.
Cierto día aquel hombre se había ido de cacería lejos en el campo,
cuando ya atardecía él se dispuso a retornar de aquellos lugares y así llego a
la playa y en lo que disponía a cruzar el río le alcanzo una fuerte tormenta de
lluvia que venia del sur, cuando venia avanzando de repente fue alcanzado por
un rayo y callo muerto.
Por la tarde se calmo la lluvia y cuando una mujer bajaba al río para
llevar agua vio al hombre tirado en la playa, se acerco a verlo y reconoció a
Yaribe inmediatamente aquella mujer corrió a su casa para avisar al capitán de
la comunidad.
El capitán mando a llamar al chaman así el chaman se fue y después de
santiguarlo dijo: “va a revivir déjenlo solo que no se le acerquen las mujeres
casadas por que ellas le pueden impedir el poder que el va a poseer”, así se
quedo el muerto hasta la noche y cuando se volvió a recuperar ya estaba
convertido en chaman.
Pero el chaman dijo a la gente que solo las chica de diez años de edad
podían cuidar de aquel muerto, los vecinos de la comunidad construyeron una
pequeña choza un poco aislada de la aldea para que ahí pudiera vivir, tres días
después estaba recuperado y ya era chaman poseyendo grandes poderes que podía comunicarse
con las divinidades, después de cinco años el se comprometió a formar un nuevo
chaman para que fuera su reemplazante, aquel chaman siempre se iba a Taremacua
para disputar con los provocadores de las enfermedades, un día reunió a toda la
gente de las comunidades y les dijo, “Es el ultimo día que estoy con ustedes
por que me iré donde esta nuestro padre y haya tengo mucho que hacer pero
siempre vendré a visitarlos cada vez que llueva”.
Cuando ustedes escuchen el estruendo van a saber que
yo estoy por aquí, al día siguiente se había ido y la comunidad quedo
entristecida algunos de los viejitos decían que el que estaba en la serranía de
Taremacua
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