domingo, 15 de julio de 2018

EL CERRO ENCANTADO




A lo largo de México hay muchas historias sobre sitios que se vuelven mágicos a la media noche. Pero ninguna se puede comparar con la que encierra el cerro de Chilpancingo en Guerrero. Durante el día, parece un sitio común lleno de árboles y algunas pequeñas casas que lo rodean. Pero al llegar la media noche del 24 de junio, todo cambia, en especial para los turistas y la gente que va de paso por ahí.

Ese día tan especial, el pequeño cerro se abre por la mitad y en su interior se puede ver a un pueblo colorido y atractivo. Las personas son amigables y están de fiesta toda la noche. Hay puestos de comida, de fruta y hasta grupos musicales tocando para la gente. Se trata de una fiesta muy bonita, en especial para los que van de paso pues encuentran en ese lugar un sitio que les parece atractivo para pasar la noche.

Los que se paran en ese pueblo y deciden entrar a la fiesta son bien recibidos por la gente. Las personas los llenan de comida, bebidas y no aceptan su dinero, todo es gratis. Los juegos mecánicos de la feria también son tan reales que hasta se puede subir a ellos sin pagar. Pero cuando a los visitantes les da ganas de irse, los habitantes insisten en que deben quedarse más tiempo, hasta el amanecer.

Los que insisten en irse pueden ver que el rostro de esos misteriosos pobladores cambia y se convierten en demonios con ojos negros y rojos. Los obligan a quedarse y no los dejan salir de ahí nunca más. Mientras que los otros visitantes que disfrutan de la fiesta, al amanecer descubren que todo lo que comieron y bebieron se transforma en animales endemoniados. El cerro comienza a cerrarse y quedan atrapados por la eternidad.

Se dice que la próxima vez que el cerro se abre, las personas que quedaron atrapadas tienen la misión de engañar a otros visitantes para encerrarlos en el cerro y así poder quedarse con su alma.


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