En
Campeche hace muchos años vivían dos hermanas que eran muy bonitas, Utz-Colel
que era bondadosa con todos y Xkeban que era una mujer sensual que desataba
lujuria entre los hombres. Las dos eran muy conocidas en el pueblo, pero entre
ellas eran totalmente distintas.
Xkeban
también tenía poderes sobrenaturales que le permitían sanar a los enfermos, lo
que le permitió ganarse el cariño de la gente en muy poco tiempo. Pero su
hermana Utz-Colel comenzó a tenerle rencor y envidia ya que ella era
indiferente ante las miradas de los habitantes. Además, la belleza de su
hermana era más impactante y encantadora entre los hombres.
Una
tarde, desde la casa de Xkeban, se comenzó a desprender un aroma a flores y muy
dulce que atrajo la atención de todas las personas. De inmediato entraron a su
casa y vieron el cuerpo de la mujer tendido en el suelo. Su cadáver era el que
desprendía ese agradable aroma que tenía a todos sorprendidos. Su hermana se
apareció indiferente y solamente dijo: “Si al morir esta pecadora huele tan
bien, mi muerte desprenderá mejores aromas”.
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