Hace
muchos años en los cerros de Aguascalientes vivía un hombre con sus hijos que
cada día salía a cazar para la comida. Su casa estaba alejada del río, así que
para conseguir agua era necesario hacer una larga caminata que le llevaba medio
día.
El hombre
decidió hacerse cargo del pequeño niño que parecía que no tenía a nadie más. Lo
llevó a cazar y le pidió que lo ayudara a llenar sus cubetas con agua del río.
Pero el misterioso niño tomó su cabello, comenzó a exprimirlo y sacó tanta agua
que llenó completamente las cubetas. El hombre se sorprendió de este increíble
poder sobrenatural, así que se llevó consigo al niño para que durmiera en su
casa.
Una mañana, cuando salió hacia el río,
se encontró con un pequeño niño que parecía perdido. Lo que más llamó su
atención fue que el niño tenía unos rasgos físicos muy particulares, no parecía
ser del pueblo y además su color de piel y cabello eran distintos a cualquier
otro.
Al
día siguiente sus hijos invitaron a este niño lluvia a jugar con ellos, pero su
padre no les había advertido sobre su extraño don. Uno de los juegos más
entretenidos entre los pequeños consistía en darse patadas unos con otros, y
rápidamente comenzaron a patear al niño. Pero él, no sabía de lo que se trataba
este juego, así que se comenzó a molestar por tanto maltrato.
El hombre decidió hacerse cargo
del pequeño niño que parecía que no tenía a nadie más. Lo llevó a cazar y le
pidió que lo ayudara a llenar sus cubetas con agua del río. Pero el misterioso
niño tomó su cabello, comenzó a exprimirlo y sacó tanta agua que llenó
completamente las cubetas. El hombre se sorprendió de este increíble poder
sobrenatural, así que se llevó consigo al niño para que durmiera en su casa.
Al día
siguiente sus hijos invitaron a este niño lluvia a jugar con ellos, pero su
padre no les había advertido sobre su extraño don. Uno de los juegos más
entretenidos entre los pequeños consistía en darse patadas unos con otros, y
rápidamente comenzaron a patear al niño. Pero él, no sabía de lo que se trataba
este juego, así que se comenzó a molestar por tanto maltrato.
De
repente, se escuchó un fuerte grito por parte del niño lluvia y de sus brazos
salieron grandes rayos y estruendos que electrocutaron a los niños. El cielo se
oscureció y comenzó a llover tan fuerte que las calles se inundaron
rápidamente. Los niños fueron convertidos en sapos como castigo de haberlo
maltratado y este misterioso niño se fue corriendo nuevamente al campo hasta
desaparecer.
Desde
entonces, nadie volvió a ver al niño lluvia, pero dicen que los niños aún se
encuentran atrapados en cuerpos de sapos como castigo por sus maltratos. Se les
puede ver salir a las calles cada vez que llueve y las calles se inundan, como
si trataran de buscar ayuda.
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