¿Si pudieras
devolver el tiempo, que intentarías cambiar? ¿Acaso algo que hiciste, un paso equivoco que diste,
alguna palabra que hirió, o el tiempo
que se te fue y no aprovechaste para alcanzar lo que tanto soñaste o estar al lado de un ser al que
mucho amaste?
¿Si pudieras
devolver el tiempo, qué volverías a repetir? ¿El escoger el camino que elegiste, dirigir tu vida tal
cual lo hiciste, ser lo que has sido
y vivir como has vivido?
Si pudiéramos devolver el tiempo, tal vez con la misma piedra no volveríamos a tropezar, hasta aprenderíamos a valorar a esos seres que estuvieron a nuestro lado, quizás no los tratamos como merecían y ahora ya no están.
Si pudiéramos devolver el tiempo, tal vez con la misma piedra no volveríamos a tropezar, hasta aprenderíamos a valorar a esos seres que estuvieron a nuestro lado, quizás no los tratamos como merecían y ahora ya no están.
Si
pudiéramos devolver el tiempo, procuraríamos hacer el bien que no hicimos, pediríamos perdón a quien alguna vez
herimos, diríamos; te amo; a ese
ser que perdimos
Si
pudiéramos devolver el tiempo, quizás escogeríamos otro camino distinto al que por terquedad o sin saberlo,
elegimos, hasta gastaríamos
nuestro tiempo en ser feliz, en la medida que a otros
hacemos
sonreír.
Si
pudiéramos devolver el tiempo, así muchos se han de lamentar; cuando ven que el tiempo se les fue, y ya es
demasiado tarde, no pueden
echarlo atrás.
Por eso, mientras se nos regale un día más, tratemos de vivir intensamente, a fin de que cuando veamos el tiempo pasar y contemplemos las obras de nuestros manos y los pasos que hemos dado, no tengamos que lamentarnos diciendo: “Si pudiera devolver el tiempo”
Por eso, mientras se nos regale un día más, tratemos de vivir intensamente, a fin de que cuando veamos el tiempo pasar y contemplemos las obras de nuestros manos y los pasos que hemos dado, no tengamos que lamentarnos diciendo: “Si pudiera devolver el tiempo”
El tiempo no
se devuelve... pero aún así, se puede volver a empezar, porque el Señor cada día nos regala esa
oportunidad; no la desperdiciemos,
es importante que cuando finalice nuestro día,
podamos
evaluar y reflexionar en aquello que hicimos y no hicimos, para cuando despertemos cada mañana, sintamos
que aún lo podemos intentar; y
así, cuando miremos hacia atrás, no existan lamentos,
sino
ganas de vivir intensamente el tiempo presente y ver con esperanza e ilusión, lo que el futuro nos
deparará. Si pudiera volver el tiempo atrás sería lo que soy y lucharía por ser aún mucho mejor, porque tengo mucho
para dar y quiero hacer realidad el
sueño de Dios en mí.
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