Entre las plantas que Los Seris conocen hay una que nunca tocan, pues
la consideran mágica: El cirio.
Una de las leyendas seris
cuenta el porqué esta tribu no se acerca a esa planta.
Hace muchísimo tiempo, los
seris eran hombres y mujeres gigantes que habitaban el desierto.
El dios de estos gigantes
los sometió a una prueba: tenían que cabalgar y cazar sobre la tierra.
Los gigantes no montaron a
caballo ni cazaron, pero lograron pescar. Sus habilidades les permitían el
control del mar, por lo que se establecieron cerca de la costa.
El lugar donde vivían era un
territorio plano, sin cerros, por eso el terreno se inundaba con frecuencia.
Entonces el dios de los seris decidió formar las montañas para proteger a la
gente del agua.
Un día, hubo una gran
inundación. Los gigantes huyeron hacia las montañas pero el agua los alcanzó y
quedaron convertidos en cirios enormes.
Desde entonces se cree que Los Cirios sólo crecen en las montañas.
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