Cuenta la
leyenda que todo esto ocurrió en la Costa Grande de Guerrero. Una mujer había
juntado sus monedas de oro para visitar al papa en el Vaticano.
En ese
entonces, no había muchos transportes y la mujer tenía que caminar por la
orilla de la playa hasta llegar a Acapulco; tardaría un día y medio.
El día de
su partida llegó y a las 4 de la mañana, sin luna en el cielo, salió guiándose
por la espuma del mar y un candil de petróleo.
Pero nada de lo que había
planeado resultó, porque cuando iba caminando, unos hombres la atracaron, la
robaron y la mataron.
La mujer no
logró su cometido y se dice que ahora se pasea por la costa con un candil.
Esto
ocurrió entre Carrizal y Mitla.
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