En el turístico canal de
Xochimilco, en la ciudad de México, se encuentra un paraje totalmente cubierto
por miles de muñecas.
El dueño del área, Don Julián, las colocó en toda la isla
para ahuyentar el espíritu de una niña, quien murió ahogada entre los lirios y
le acechaba por las noches.
Con el tiempo el lugar
atrajo a un gran número de visitantes, quienes llevaban a Don Julián más
muñecas para su protección.
Al envejecer, Don Julián contaba que una sirena del
río lo visitaba desde hace tiempo para llevárselo.
Cuando el hombre murió de un
paro cardíaco, su cuerpo fue encontrado junto al agua.
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