En
la Ciudad de Chihuahua se encuentra una casona muy hermosa y muy grande
conocida con el nombre de Quinta Gameros. Fue construida por Julio Corredor
Latorre, por órdenes de don Manuel Gameros en el año de 1910, para ofrecérsela
como hogar a la mujer que amaba y que llevaba el nombre de Rosa. Don Manuel no
pudo gozar de su casona ya que, al producirse la Revolución Mexicana, tuvo que
huir para salvar su vida. Actualmente, la casa alberga al Centro Cultural
Universitario.
Uno de los guardias del
Centro relata que hace un tiempo estando en el primer piso, vio una sombra que
cubría uno de los tragaluces del segundo piso. El hecho le causó extrañeza y
decidió subir. Cuando llegó al segundo piso se encontró con una bella chica que
lucía un elegante vestido de seda verde y rosa. Amablemente le dijo que el
acceso al segundo piso estaba prohibido para los turistas, le preguntó cómo
había llegado a ese segundo piso. La joven le miró con una gran sonrisa, y le
dijo que había entrado por la otra puerta que siempre estaba abierta. Y agregó
que la disculpara por estar descalza ya que tenía mucho calor y sus zapatos los
había dejado en el jardín de la casona. Agregó que inmediatamente se iría para
no causarle problemas al guardia. Ella se marchó por una puerta y él por otra.
Cuando el guardia vio a su compañero le platicó del encuentro con la bella dama
y ambos subieron a ver si ya se había ido. Tomó la llave de la puerta por donde
la muchacha se había ido y la abrió… pues estaba cerrada, aun cuando la chica
había asegurado que siempre estaba abierta.
Los guardias la buscaron
por los jardines donde la mujer dijo haber dejado sus zapatos, pero no la
encontraron. La buscaron, y le preguntaron a sus compañeros por ella, pero
nadie la había visto. Volvieron a revisar por toda la casona, y no la
encontraron. Jamás volvieron a verla.
Pasaron
dos años. Se decidió que era el momento adecuado para restaurar el segundo
piso. Los trabajos comenzaron. La restauración dejó una capa de polvo regada
por el piso. Al día siguiente cuando los guardias volvieron a revisar el piso
en cuestión, encontraron sobre el polvo las huellas de unas pisadas de mujer
sin zapatos. Las huellas daban vueltas por la estancia, pero nunca se dirigían
a ninguna de las dos puertas… no había señales de que hubiese entrado y salido.
Desde entonces los guardias
ven huellas de pies descalzos que no saben de dónde vienen, y a la mujer que
las produce le han puesto por nombre La Descalza, están seguros de que se trata
de Rosa, la enamorada y prometida de don Manuel Gameros que no pudo gozar de su
bella casa en vida.
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