Mayo 13 de 1942: El buque petrolero Potrero del Llano, es
hundido en el Golfo de México frente a las costas de Florida, muriendo 14
tripulantes mexicanos. Un año antes, en abril de 1941, esta nave había sido
incautada a Italia por el llamado derecho de Angaria, que es el confiscamiento
de una embarcación extranjera en casos de emergencia o por enemistad bélica.
Un
año después, el 20 de abril de 1943, los presidentes Ávila Camacho y Franklin
Roosevelt se reunirían en Monterrey, para suscribir el Tratado del Buen Vecino,
que posibilitaría el pago de la indemnización petrolera y para que más de 300
mil trabajadores mexicanos pudieran pasar a trabajar al campo norteamericano,
pues los jóvenes gringos partirían al frente de guerra. Oficialmente fueron
submarinos alemanes los que hundieron a Potrero del Llano, así como a Faja de
oro y a otros cuatro más.
Sin
embargo, unos meses antes México había vendido petróleo a la Alemania Nazi en
virtud del embargo o boicot petrolero en su contra construido por Inglaterra y
Estados Unidos. Se supone que los ataques de los submarinos nazis fueron en
represalia por haber roto el boicot comercial y vendido petróleo a Estados
Unidos, aunque en realidad no había equipos técnicos suficientes para estar
totalmente seguros de que fueran enviados de Hitler (la corriente germanófila
mexicana decía que eran submarinos norteamericanos los que dispararon).
Así
las cosas, nos convertimos en socios con El Tío Sam y de pronto hubo buen trato
para nuestros braceros. Nuevo León salió ganando porque se crearon nuevas
industrias y varias empresas de alemanes pasaron a manos regiomontanas. El
proceso que inició un acto de guerra, hundiendo barcos mexicanos, dio un giro
favorable para la economía nacional, pues acto seguido llegó el llamado Milagro
Mexicano que elevó la productividad al funcionar adecuadamente los programas de
sustitución de importaciones.
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