Tatei Urinaka, el mundo-diosa, está formado por una calabaza a la que circundan cinco hermosos mares, y dividida en cinco regiones donde habita un dios poderoso cuyo nombre no se conoce.
Tatei Urinaka es de
índole femenina, simboliza la fertilidad y la matriz.
Abajo de la calabaza
se encuentra una zona cóncava, Heriepa, ahí moran los seres humanos.
En la parte de hasta
arriba de la calabaza está el Cielo, una puerta que da acceso al mundo de los
muertos. La parte baja de la calabaza cobija al Inframundo: Watet Uapa, cavidad
oscura y acuática.
Las tres partes están
regidas por el movimiento del Sol, Tau, que baja del Cielo hasta el mar,
continúa su recorrido por debajo de la calabaza y vuelve a subir por una
escalera mágica llamada Umumui por la montaña situada en el Este.
Los límites del mundo
están marcados por rocas situadas en cada punto cardinal. Cada punto está
regido por una deidad de la cual toma su nombre: el Norte, Tzakaimute; el Sur,
Rapaviemeta; el Oeste, Haramara; y el Este, Nariwame.
La Tierra, Heriepa,
es femenina, surgida del sacrificio de la diosa Tatei Urianaka quien copuló con
Kauyumarie, el Ciervo-Sol, y su vientre se ensanchó lo suficiente para formar a
la Tierra, a quien Tatewari, el dios del fuego, dividió en cinco rumbos
cardinales al mando del Sol cuidados por venados: en el Norte está
Narihuame; en el Sur, Ushikuikame; en el Este, Kauyumarie; y en el Oeste,
Watemukame.
La Tierra, aunque de
índole femenina, está gobernada por cuatro venados machos.
El Cielo, Taheima, de
índole masculina, está formado por la deidad Tatei Werika Wimari, Joven Madre
Águila, el espíritu el Cielo, surgida de una sombra de Kauyumarie. Esta diosa se
representa como un águila de dos cabezas que irradia energía entre ellas, y de
la cual se creó el Cielo.
Esta diosa-águila se
encuentra en el centro del firmamento y se encarga de cuidar la entrada a la
región de los muertos. El Cielo es inmaterial, ventoso.
Cerca del Sol, vive
la Luna, llamada Mezeri. Debido a la lunación que dura veintiocho días, el
Cielo tiene características masculinas y femeninas.
El Sol es más
poderoso que la Luna, sube al Cielo por el Este por medio de cinco pasos
sagrados que lo llevan hasta la cima de la montaña Rreunar: Sheiwitari,
Jutariaka Niwetari, Jairaka Niwetari, Nairaka Niwetari, y Ashuwirieka,
llega al Oeste donde se mete en el Inframundo.
Al dejar la Tierra,
el Sol por cuatro mares hasta que llegar al quinto. Un mar rojo lleno de flamas
y espuma candente donde se introduce en un hoyo para adentrarse al Inframundo.
Cuando desciende, se provocan enormes olas que llegan hasta el Cielo.
El mundo celestial
está gobernado por las águilas que son tan importantes como el Sol. En el
centro se encuentra Tatei Werika Wimari, que tiene a su lado dos águilas más
pequeñas rodeadas por otras más que se sitúan en cada uno de los puntos
cardinales: Shurike (Sur), de plumas negras bordeadas de blanco; Piwame (Norte)
de color gris con blanco; Kuishutasha (Oeste) de color amarillo y blanco; y
Japuri (Este) rosa y negro. Todas las diosas femeninas del Cielo están
relacionadas con el Sol.
Arriba del Sol se
encuentran las estrellas que surgieron por las chispas que produjo el astro
cuando ascendió por primera vez al Cielo, de la cual la más importante es la
Estrella de la Mañana y dos constelaciones: Simanixi, La Cabra, y Nivericate,
La Campana.
Las estrellas
acompañan al Sol en su recorrido diurno, como cristales de roca que representan
a las almas de los antepasados, pero se quedan en el Cielo cuando el Sol debe
pasar por el Inframundo.
A su vez, el
Inframundo, Watet Uapa conlleva el concepto de los cinco mares, cual cinco
regiones llenas de serpientes, algunas de las cuales atacaron al Sol al inicio
de la Creación.
Los mares, llamados
Tatei Haramara, tienen una amante que es una roca llamada Washiewa, situada
frente a las costas de Nayarit.
Cada uno de los mares
está asociado a una deidad que lo rige, sus nombres son: Shewitemaka,
Jutariakamaka, Jairakamaka, Nauriakamaka, y Aushiviriamaka.
Es en Watet Uapa
donde los antepasados vivieron cuando aún no tenían forma definida; está
gobernado por el dios de la muerte, Tukákame, asociado con los animales de la
noche que acechan al Sol en su trayectoria nocturna. Por eso siempre va
vigilado por Tatewari.
Cuando el Sol entra
en el Inframundo debe pasar por Shiraunita, un mar de ruido; por Mayashure, el
lugar de los precipicios; por Paritauta, la tierra de la oscuridad; y por
Werikamuta, el lugar del águila que sube.
En el Inframundo
también mora Tatewari, el dios del fuego y Nakawé, la diosa máxima de los
huicholes.
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