Afrodita
es la diosa del amor y la belleza, y se identifica en Roma con la antigua
divinidad itálica Venus. Según una tradición es hija de Urano y según otra de
Zeus y Dione.
En el caso
de la primera historia, el nacimiento ocurre en el momento que Cronos, dios del
tiempo corta los genitales de su padre Urano y los lanza al mar, de donde surge
Afrodita. De ahí que se le conozca como “La diosa nacida de las olas” o “Nacida
del semen de dios”.
Una vez
que salió del mar, Afrodita fue llevada por los vientos Céfiros, primero a
Citera y luego a Chipre, donde las Horas la vistieron y la guiaron a la morada
de los Inmortales.
Posteriormente,
Platón imaginó que había una Afrodita Urania, la diosa del amor puro e hija de
Urano; y Afrodita Pandemo, hija de Dione y diosa del amor vulgar. Sin embargo
esta es una concepción filosófica tardía.
Afrodita
es partícipe de un sinnúmero de leyendas. Primero, se casó con Efesto el divino
cojo y dios del Fuego, pero estaba enamorada de Ares dios de la Guerra.
Cuenta
Homero escritor de La Odisea y La Ilíada que mientras los enamorados se
entregaban a la pasión en una madrugada, en el lecho de Afrodita, Efesto celoso
les había puesto una trampa, pues el Sol le había contado que su amada le
estaba siendo infiel.
Cuando los
amantes se dieron cuenta ya estaban atrapados en una red mágica que tenía el
esposo de la bella diosa, y éste fue a llamar a todos los dioses para que
fueran testigos del engaño. Todos se burlaron del asunto, pero Poseidón (dios
del Mar) pidió clemencia y por eso Afrodita y Ares fueron liberados.
La diosa
avergonzada huyó a Chipre, mientras que Ares se fue a Tracia. Sin embargo, sus
amores tuvieron fruto y de tal unión nacieron Eros dios del amor y Anteros,
Deimo y Fobos el Terror y el Temor y Harmonía. A veces también se agrega a
Príapo.
Además de
Ares, Afrodita estuvo involucrada amorosamente con Adonis y Anquises con quien
tuvo a Eneas héroe troyano y personaje de La Eneida de Virgilio y a Lirno.
Pero, la
diosa fue especialmente conocida por sus maldiciones e iras, pues cuando
alguien caía en la desgracia de ofender a la diosa, se condenaba a tormentos
terribles. Por ejemplo, castigó a la Aurora con un amor irrefrenable por Orión,
ya que había cedido a las seducciones de Ares. También castigó a todas las
mujeres de Lemnos, ya que éstas no la honraban, y las impregnó con un olor
insoportable que provocó que sus hombres las abandonaran. De igual manera
castigó a las hijas de Cíniras y las obligó a prostituirse con extranjeros.
Por otra
parte, caer en su gracia era igual o más peligroso. Cuando la Discordia lanzó
una manzana a la más hermosa de las diosas, e hizo que compitieran Afrodita,
Palas Atenea y Hera, y Zeus decidió que fuera Alejandro Paris, héroe troyano el
que definiera quién era la más hermosa, cada una le ofreció un regalo a cambio
de que la escogiera. Palas Atenea le ofreció hacerlo invencible en la guerra,
Hera le prometió el reino del universo, y Afrodita la mano de Helena, hija de
Zeus y hermana de los Dioscuros, quien era la mujer más hermosa del mundo.
Paris eligió a Afrodita y fue por esta promesa que se inició la famosa Guerra
de Troya.
Afrodita
agradecida con Paris, lo protegió durante toda la campaña así como a los demás
aqueos, incluyendo a su hijo Eneas, a quien logró salvar de la muerte.
Aunque
Troya iba a perder la guerra definitivamente, Afrodita logró rescatar la raza
de los aqueos con su hijo Eneas, quien luego viajara a una tierra desconocida
donde sus descendientes Rómulo y Remo fundarían Roma.
Así es
como para lo romanos Afrodita, Venus para ellos, fuera su protectora particular
y por eso César le levantó un templo bajo la invocación de Venus Madre.
Los
animales favoritos de esta diosa eran las palomas, y estas aves arrastraban su
carro. Sus plantas eran la rosa y el mirto.
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