Si hay algún personaje
controvertido en la historia de México, éste es sin duda Doroteo Arango, mejor
conocido como Pancho Villa, y llamado el "Centauro del Norte".
Villa tenía un afán de justicia tan "Atrabancado", que francamente a veces la "regaba" y tanto así que cuentan que en una ocasión se le acercó una mujer pidiendo justicia, pues, aseguraba, había sido violada por uno de sus soldados. Ni tardo ni perezoso, Villa ordenó traer al culpable y lo mando fusilar. Sin embargo, tan pronto el cuerpo del soldado fue retirado del paredón, un sargento le contó a Villa que la violación no era cierta. "La mujer quiso enamorar al soldado, pero este la desairó y, en venganza, lo acuso de violación!"
Consciente de que había cometido
un error. Villa decidió corregirlo de inmediato. Mando traer a la mujer y, al
igual que con el soldado, ordenó que la fusilaran.
"Así es la justicia de los hombres", dijo Villa, alejándose del lugar. Y si!, así era la justicia en ese entonces. Así era Villa de atrabancado cuando las cosas no resultaban como él lo deseaba.
"Así es la justicia de los hombres", dijo Villa, alejándose del lugar. Y si!, así era la justicia en ese entonces. Así era Villa de atrabancado cuando las cosas no resultaban como él lo deseaba.
Cuando se inició en la
revolución, Villa tenía 32 años y era un hombre muy fornido. Media 1.89 m y
pesaba 90 kilos. Caminaba despacio, con los brazos echados muy atrás, debido a
lo ancho de su pecho. Tenía los ojos verdosos, pero cuando se enfurecía,
lanzaban destellos terribles que hacían temblar al más valiente. Su espeso
bigote y su cabello muy rizado, eran de color café rojizo, razón por la que
entonces le decían "El Güero", aunque era más conocido como el
"Centauro del Norte", porque era un consumado jinete. Gustaba torear
novillos, cuando estos le propinaban golpes duros, se enojaba y tomándolos por
los cuernos, luchaba con ellos hasta derribarlos. A los 16 años se unió a unos
forajidos y con el tiempo se convirtió en el jefe de ellos. El botín que
obtenía en los asaltos a haciendas, minas y trenes, lo compartía con los
pobres. Por esto, fue considerado un benefactor del pueblo. Lo llamaban
"El Bandido Generoso".
Campesino analfabeto, Doroteo
Arango andaba huyendo por haber matado a su patrón que quiso violar a su
hermana; fue cuando lo conoció Abraham González quien lo convenció a que se
uniera a la causa revolucionaria. En cuanto lo hizo, a la Sierra de Chihuahua,
donde reclutó 375 hombres con los que fácilmente tomó la población de San
Andrés. Por su triunfo, fue hecho coronel.
Madero, en un decreto, le
concedió amnistía total de los delitos que había cometido. El decreto, señalaba
que los abusos de la dictadura lo habían obligado a cometer "Ciertos
actos" por lo que era perseguido. Casi terminado el movimiento armado,
Villa recibió ordenes con el general Victoriano Huerta, quien envidioso y para
deshacerse de él, le ordenó que atacara con sus fuerzas, las cuales eran muy
inferiores, a Pascual Orozco, quien se había sublevado. Villa lo derrotó. Esto
enfureció tanto a Huerta, que lo acusó de insubordinación. Una Corte Marcial,
en solo 15 minutos, lo condenó a muerte. Villa dio su reloj y su dinero a los
soldados que lo iban a fusilar.
Se plantó frente al muro donde el
sargento del pelotón de fusilamiento había marcado una X con su bayoneta y se
dispuso a morir. Cuando iban a disparar llegó un indulto del presidente Madero.
De todos modos, fue encarcelado. Después, Carlos Jáuregui, un funcionario
judicial, le dio una lima para cortar los barrotes de su celda y un disfraz.
Villa se rasuró su bigote, se puso un bombín, una capa española y zapatos de
lona, escapando así y no paró hasta llegar a Estados Unidos. Después, cuando se
unió a Carranza, obtuvo grandes triunfos. Al guerrillero le gustaban las
mujeres "prietas, de grandes ojos negros, de pechos duros". Si la
mujer quería casarse, pues se casaba con ella, sin hacer caso a los otros
matrimonios que tuvo. Al disgustarse con Carranza, su buena estrella decayó.
Finalmente fue asesinado en Parral.
Hace dos décadas, una india
octogenaria que peleó al lado de Pancho Villa y que se había expatriado a
Estados Unidos, en su lecho de muerte, reveló cómo el Centauro del Norte mandó
que sus hombres enterraran su tesoro en las faldas de un cerro cercano a
Parral, Chihuahua. El tesoro consistía en 122 lingotes de plata de las minas,
medio millón de oro en monedas de oro del Banco Minero de Chihuahua y muchos
millones mas en joyas, productos de saqueos a casas de ricachones explotadores.
"Todavía está enterrado allí, dijo la anciana, ya que los hombres que
enterraron el botín murieron en combate". "Toda esta en bolsas de
cuero".
La anciana murió sin revelar el
sitio exacto del entierro, por temor a la venganza del espíritu del
guerrillero. En México no se reconoció esta revelación, hasta años después,
pero en Estados Unidos causó gran sensación. Muchos aventureros gringos,
llegaron a Parral, en busca del fabuloso tesoro... Nada hallaron o quizá si lo
encontraron, pero para que las autoridades no lo decomisaran? Quien sabe.
Villa, para algunos fue un
bandido, para otros un héroe, pero nadie puede negar que como revolucionario
tenía mucho carisma y como bandido era generoso; debido a tales características
han surgido infinidad de leyendas, esta puede ser una de ellas, sin embargo
todavía hay quienes están convencidos que tesoro de Villa más que una leyenda
es un Trozo de la Historia y que existe... Solo es cuestión de encontrarlo!!
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