En este mundo de carreras, donde todo nos habla
del tiempo que no alcanza,
las comidas rápidas, la entrega inmediata, el ser humano no tiene otra opción
que correr al compás de las manecillas del reloj.
Muchas
veces, se pierden oportunidades grandes tan solo, porque no nos detenemos, ni
le dedicamos un poco más de tiempo a personas, situaciones, hechos, que podrían aportarnos
grandes cosas que jamás se volverán a repetir.
Uno
de mis lemas, haciendo referencia en un principio a la característica
que poseo de no poder correr demasiado ni caminar a prisa es: PASOS CORTOS PISADAS FIRMES; lo
cual, me ha ayudado muchísimo
en la vida, porque lo ideal, es dejar huellas en el corazón de quienes nos
encontramos en el camino.
No
pretendo, pasar desapercibida en el mundo, ser como una estrella fugaz, que tan
solo se puede apreciar un instante y que realmente, su luz no logra
iluminar mucho, porque pasa veloz, no se puede disfrutar de ella.
No
quiero que mi vida sea pasajera, que al morir me recuerden tan solo un instante
y que con el pasar del tiempo, ya no quede rastro de mi existir en el universo, así como las
huellas que quedan grabadas en la arena y que el viento borra con su aliento.
Alabo
al Amigazo, por los seres que alguna vez me he encontrado en el camino y que han
dejado en mi corazón huellas, que al separarnos el destino, no se olvidan, ni se borran y
siempre queda el deseo de volvernos a encontrar.
Esos
seres no pasan veloz, ni son pasajeros, sino que con su existir, dejan recuerdos
imborrables en mí; y aunque tal vez nunca los vuelva a ver, son imposibles de olvidar y de dejar
de querer.
No
creo en el tiempo que borra cariños y amistades, no creo en la distancia que
aleja los corazones; yo creo en los afectos que son para siempre, pues son verdaderos.
Por
ello, hay que darle el valor que merece a sí mismo el tiempo, los minutos que tal
vez dejamos pasar, sin decirle un te quiero a las personas que a nuestro lado se han de
encontrar.
El
tiempo que pasa no vuelve, la vida no da marcha atrás por eso, lo que no vivas hoy,
tal vez mañana no lo vivirás.
No
dejes que los altibajos te hagan renunciar, es emocionante recorrer un
camino variado, con retos que asumir y metas alcanzar, así sentirás que
el tiempo que viviste, lo supiste aprovechar y que cada cosa que lograste, muy bien la supiste
trabajar.
Gracias
Dios por los amigos que en mi camino has colocado en todo el tiempo que he
vivido, gracias por darme la oportunidad de encontrarme de nuevo con algunos de ellos y
renovar así la amistad.
Gracias
por esos seres que aunque alguna vez no supe que existían, me diste el don de
conocerlos y así, mi vida adornar.
Te
pido, porque en algún momento de mi existir, permitas que nuestros caminos, se
vuelvan algún día unir, para así renovar el tiempo y poder vivir intensamente cada instante de
vida que tal vez no supe asumir.
Pero
ante todo, te pido Dios, ser capaz de dar pasos cortos, y pisadas firmes,
que dejen huellas por donde he de andar, y así, aunque algún día tenga que marchar, de mí
jamás se olvide la humanidad.
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