La llamada Casa del Faldón se encuentra ubicada en la Ciudad
de Querétaro, uno de los estados mexicanos. Fue construida en el siglo XVIII.
Esta hermosa casa cuenta con una leyenda muy interesante a la que debe su
nombre. En ella se nos cuenta que vivían en dicha ciudad un alcalde indio, don
Pablo de Tapia y el regidor del ayuntamiento, Fadrique de Cázares y Puente,
español de pura cepa, cuyo cargo era de menor importancia que el de don Pablo,
lo cual le causaba problemas de envidia Llegó el día de Corpus Christi, en el cual se realizaba
una importante e imponente procesión a la que acudían importantes personajes
del clero, la nobleza, el ayuntamiento, y las familias más destacadas de
Querétaro de mucho dinero y supuesto abolengo. Llevando sendos bastones del
palio que cubría el cuerpo de Cristo iban don Fadrique y don Pablo. Pero a la
hora de tomar los bastones Fadrique se adelantó y tomó uno de bastones
delanteros que correspondía a don Pablo llevar, por ser mayor su rango. Este arranque
de alevosía molestó mucho al alcalde don Pablo quien trató de tomar el lugar
que le correspondía.
Entonces, el regidor
español enojado y prepotente porque no pudo salirse con la suya de ocupar el
lugar más importante de los portadores, jaló del faldón de la casaca del
alcalde indio y se la rompió, quedando parte de ella en sus manos.
Este
irrespetuoso hecho cayó muy mal entre los presentes, quienes criticaron el
atrevimiento de don Fadrique. Había tanta molestia en la concurrencia que hasta
se pensó en suspender la procesión, lo cual al final no se llevó a cabo por
respeto religioso al cuerpo del Señor.
Sin embargo, don Pablo no
perdonó la ofensa y tomó cartas en el asunto demandando judicialmente al
regidor grosero y discriminador. El juicio duró varios meses, al cabo de los
cuales la Real Audiencia sentenció a Fadrique a ser desterrado de la ciudad de
Querétaro; además, debía pagar la casaca rota y las costas que se derivaron del
juicio.
A don Fadrique no le quedó
de otra más que obedecer la sentencia. Salió de la ciudad y decidió construir
una casona en las afueras de ésta. La construyó cerca del antiguo Río
Querétaro, en terrenos que se conocían como la “otra banda” porque estaban al
otro lado del río. Hizo su casa de tres pisos y con una terraza en el último,
desde donde podía ver las cúpulas de las iglesias y el hermoso paisaje de
alrededor de la ciudad.
Ahí vivió don Fadrique de
Cázares hasta su muerte, sin volver jamás a pisar la Ciudad de Querétaro. La
Casa del Faldón aún existe y se encuentra frente al actual Templo de San
Sebastián y la Calle de Primavera.
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