En los libros de historia
que leímos cuando niños, se dice que el 13 de septiembre de 1847 los Niños
Héroes murieron defendiendo heroicamente el Castillo de Chapultepec, e incluso
afirman que Juan Escutia prefirió lanzarse hacia la muerte envuelto en la
bandera nacional antes que verla mancillada por los invasores estadunidenses.
Pero cabe preguntarse: este dramático recuento,
Es un hecho que Escutia,
junto con Francisco Márquez, Juan de la Barrera, Vicente Suárez, Fernando
Montes de Oca y Agustín Melgar, decidieron quedarse en el Castillo y defenderlo
gallardamente sin estar obligados a hacerlo por ser cadetes. Sólo por eso, el
marbete de "héroes" lo tienen bien merecido
Por ello, para apaciguar
los ánimos patrióticos, bajo el mandato del presidente Miguel Alemán se le dio
difusión a la noticia del hallazgo de seis cráneos al pie del cerro de
Chapultepec, mismos que —casi por decreto presidencial— se reconocieron como de
aquellos seis Niños Héroes que "murieron por la patria". Con ello, la
historia que carecía de evidencias físicas —nunca se comprobó científicamente a
quiénes pertenecieron los cráneos— adquirió un carácter de leyenda. En su
honor, se edificó el Altar a la Patria, que hoy conocemos y se sepultaron
muchas de las otras historias de la gesta heroica de la defensa del Castillo de
Chapultepec
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