En el
municipio de Ayala Morelos, se encuentra la Ex Hacienda de Coahuixtla, un sitio
que atrae a las personas por su misterio. Se cuenta que hace muchos años,
cuando funcionaba de forma próspera, había una hermosa mujer dedicada a
trabajar todo el día. Su nombre era Regina y la pretendían muchos hombres de la
zona que querían casarse con ella.
Pero
la joven era muy entregada a su trabajo, no estaba interesada por ningún
hombre. Una tarde cuando salió a bañarse al río se topó con un hombre guapo que
paseaba en un caballo negro. El misterioso hombre le hizo un poco de plática a
la mujer y aunque al inicio ella fue cortante, pasó junto a él toda la tarde. A
partir de ese momento, cada día se veían a la misma hora a la orilla del río.
Regina
se enamoró del hombre de quien no sabía nada y en poco tiempo resultó
embarazada. Al contarle al hombre, él le prometió que hablaría con sus padres y
le pediría su mano en matrimonio. Al día siguiente, ella esperó en el río como
cada tarde, pero el hombre nunca llegó. Jamás volvió a verlo y nunca más se
supo de él, así que ella tuvo que pasar su embarazo sola.
Su
embarazo fue extraño desde el inicio, cada noche tenía pesadillas y siempre
tenía un sabor a sangre en su boca. Cuando cumplió los 6 meses de embarazo el
bebé nació, caminó en muy pocos días y crecía muy rápido. Además, muchos
consideraban que era un niño muy feo, casi siempre lo tenían cubierto de la
cara y no dejaban que nadie lo viera.
Cuando
el niño cumplió 7 meses su mamá decidió bautizarlo con ayuda de su tía. El día
de la fiesta, cuando se dirigían a la iglesia pasaron por el puente de
Coahuixtla y el bebé iba en brazos de su tía. Entonces pasó algo terrorífico,
el pequeño miró a los ojos a su tía y le dijo: -“Ya puedo hablar y con mis
dientes te voy a matar”- El bebé saltó para morderle el cuello y la mató de
inmediato.
Después de
esto, el niño se aventó hacia el rio y caminó rápidamente entre las piedras
hasta desaparecer. Desde entonces, este niño se aparece en la hacienda y en las
orillas del río para asustar y matar a la gente. Algunos lo han visto jugar con
los huesos de las personas que ha asesinado. Los habitantes del pueblo lo
apodaron el Choco y aseguran que es el hijo del diablo.
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