En la ciudad de Tuxtla Gutiérrez
muchos de los habitantes están seguros de que cada noche pasa algo sobrenatural
en las calles. Al llegar la media noche se escuchan algunos ruidos que vienen
desde la iglesia del centro y que siempre terminan en la casa de una persona
que está agonizando.
Todo
comenzó en los 80´s, cuando un anciano estaba moribundo y ya se había despedido
de sus familiares. Esa noche se escuchó salir desde la iglesia de San Pascual a
una vieja carreta de madera que jalaba un monje con una larga túnica que
le cubría el rostro. Las personas no quisieron asomarse pues tenían mucho miedo
ya que era la media noche.
El clima cambió repentinamente, las
calles se llenaron de neblina y hacía mucho frio. La carreta se detuvo justo a
la puerta de la casa del anciano agonizante y a los pocos minutos el hombre
falleció. Entonces la carreta se fue regresó nuevamente a la iglesia llevando
encima lo que parecía una especia de bulto. Las personas aseguran que esta
carreta se encarga de llevarse a los difuntos para acompañarlos en su eterno descanso
al más allá.
Algunos
dicen que este misterioso monje es un esqueleto enviado por la Muerte para
hacer su trabajo y recolectar las almas de los difuntos. Siempre que hay una
persona enferma o agonizante en el pueblo, su familia reza porque esta carreta
no se detenga afuera de la casa. Los que se asoman por la ventana para verla
corren el riesgo de ser llevados por ella y morir.
En Tuxtla
aún se puede escuchar salir la carreta de San Pascual desde la iglesia sin
saber hasta dónde va a parar. Pero siempre regresa con el alma de una persona
para meterla a la iglesia.
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