Al despertar cada día, y experimentar el latir de
tu corazón; eso es señal de
vida, aún existe una esperanza...
Y
aunque tal vez no puedas contemplar los colores de la mañana, ni los sonidos de la
naturaleza, porque tus sentidos físicos no logran percibirlo; trata de descubrir todo lo que
con el resto de tu cuerpo puedes sentir; el amor de tus seres queridos, la
textura de las cosas que
tocas, el aroma de la creación, sentirás que estás vivo, todavía queda una
esperanza...
Si
logras experimentar cada color, melodía, aroma y textura; pero no puedes moverte,
te sientes amarrado, sin poder correr con los niños, ni caminar por la orilla del mar o en medio
de un campo; deja tus sueños
volar, con ellos puedes llegar aún más lejos de lo que puedes ir al caminar.
Sea
cual sea tu situación o limitación; piensa que cada ser tiene cosas que puede
hacer y también otros que no, pero nada es imposible, siempre habrá una esperanza de
hacer los sueños realidad, si dentro de ti haz de sentir tu corazón latir, y
experimentas a cada instante
el amor del Amigazo Dios.
Pensamos
más en aquello que no tenemos, vivimos renegándole a la vida por ello; pero
pocas veces hacemos un inventario de todo lo que poseemos, que sobrepasan nuestras carencias;
son los instrumentos y dones que
el Amigazo nos confía para poder realizarnos y cumplir el ideal de nuestro
existir.
No
fuimos creados por error, no somos una equivocación, cada uno de nosotros, tiene
en el latir de su corazón, el toque de Dios.
Es
más fácil nacer careciendo de algo, y aprender a vivir plenamente sin ello; que
teniéndolo, perderlo de un momento a otro; y tratar de seguir sin
poseerlo, por ello, hay vivir cada instante, valorando todo lo que
poseemos, dándole gracias a Dios por las personas, talentos, capacidades y dones que tenemos;
sin apegarnos a nada, pues todo es pasajero, sólo Dios nunca pasa, solo El es
eterno, y así, si algún
día, por las vueltas del destino, algo de aquello perdemos, no
sentirnos vacíos, sino plenos, porque supimos valorarlo en su momento, los
disfrutamos, lo compartimos y es hora de devolverlo.
Llenando
ese vacío con la Fe y el Amor del Amigazo, eso siempre será nuestro, nunca
pasarán, son para toda la eternidad.
Cada
día, al sentir el latir del corazón; alaba al Creador, por el don de tu vida;
llénate de paz y de alegría de vivir, porque mientras existas, siempre habrá una esperanza para
ser realmente feliz.