Mientras vemos como un año más se nos va; no
podemos ser indiferentes
a todo lo que en estos días que vivimos, logramos perder o ganar. Cabe hacer memoria de los momentos vividos
y así hacer un recuento, de lo que en este caminar ganamos o perdimos. Aunque para
muchos quizás el tiempo y la vida pasan desapercibidos, se acomodan o
estancan para evitar involucrarse y correr el riesgo de sufrir; no saben quizás que en esa
indiferencia es más lo que se
pierde
que lo que pueden ganar lanzándose a vivir.
Existen
los que perdieron o ganaron paz interior dependiendo de aquello que el
destino les presentó o les quitó; también hay a quienes por la muerte, les ha tocado decir
adiós, en esos instantes ayuda mucho pensar en los momentos compartidos, de
ello depende se pueda
sentir lo afortunados que hemos sido, porque al lado de ese ser tan querido
que se nos fue, muchas bendiciones recibimos; no podemos echar el tiempo atrás, hay que
seguir adelante sin
renunciar.
Qué
decir de los que durante este año ganaron o perdieron un amigo o un gran amor; si
se ha ganado se podrá sentir que la vida toma otro sentido y un nuevo color; pero si por el
contrario se ha perdido, reflexionemos en ¿qué fue lo que pasó?. Si
cometimos algún error, la pérdida nos hará ganar experiencias, habremos
aprendido la lección, o si por
el contrario, ese amor no nos daba seguridad sino que causaba angustia y dolor, al perderlo
habremos ganado la oportunidad de rehacer nuestra vida y encontrar el verdadero
amor. Muchas veces en la vida ganar puede ser perder o perder puede ser realmente ganar;
todo depende con qué ojos se miran o se asumen las cosas que hay que vivir o afrontar, es
necesario ser objetivos a la hora de deliberar.
Haber
perdido no es un pecado mortal que haya que condenar, perder hace parte de los
riesgos que se asumen en la búsqueda de la felicidad; lo trascendente de este instante
es tener la certeza de que en
cada nuevo día que se nos regala, tenemos la oportunidad de intentarlo de
nuevo, todas las veces que sea necesario, hasta que logremos por fin alcanzar, eso que tanto
anhelamos y ahí en ese proceso,
mientras en la lucha sentimos que estamos viviendo, a la vez vamos ganando
mucho más de lo que alguna vez imaginamos.
Ganaremos
experiencias, fortalezas, sabiduría, fe y paz; encontraremos el amor y la amistad,
obtendremos la certeza de que aprovechamos el tiempo que se nos ha dado, supimos
vivir de verdad, y cuando
hagamos un recuento de lo que invertimos en nuestro caminar; a pesar de tener momentos en los
que quizás perdimos, sentiremos
que más que perder, conseguimos ganar; porque son muchas más las
bendiciones que del Amigazo hemos recibido; todo tiene su
razón
de ser, simplemente hay que aprender a verlo con los ojos de la fe y no
rendirnos jamás.
Hagamos
un recuento de lo vivido, reflexionemos en los pasos que dimos, lo que nos
atrevimos a hacer o aquello en que nos cohibimos; retomemos en nuestra mente los caminos
recorridos y lo que nos toco asumir o enfrentar; es el momento de pensar ¿Qué
ganamos o perdimos?