lunes, 17 de noviembre de 2014

EL MAÍZ DE LOS HUICHOLES



Los huicholes estaban saturados de comer siempre lo mismo y querían algo que se pudiera tomar cada día pero de muy distintas maneras.

Un muchacho oyó hablar del maíz y de los ricos gui­sos, de las tortillas y de la sopa que con este cereal se preparaba.

Pero el maíz se hallaba muy lejos, al otro lado de la montaña. Eso no lo desanimó y comenzó a andar encontrándose una fila de hormigas.

Sabía que eran las guardianas del maíz por lo que las siguió.

Después de caminar, el joven se quedó dormido y las hormigas se comieron toda su ropa, dejándole tan sólo con su arco y flechas.

Sin ropa y con mucha hambre, el joven se lamentó.

Un pájaro se posó en un árbol cercano y el joven le apuntó con su arco pero éste le increpó diciéndole que él era el padre del maíz.

Lo invitó a su casa donde recibiría todo lo que andaba buscando. Cuando llegó se encontró con sus hijas, cinco doncellas muy bellas, llamadas Mazorca Blanca, Mazorca Azul, Mazorca Amarilla, Mazorca Roja y Mazorca Negra.

Mazorca Azul lo cautivó con su belleza y dulzura, pronto se casaron y regresaron al pueblo.

Como no tenían casa, durmieron un tiempo en el lugar dedicado a los dioses.

Como cosa de encanta­miento, la casa de los recién casados se llenaba todos los días con mazorcas que la adornaban como flores.

La gente venía de todas partes pues Mazorca Azul les regalaba mazorcas a manos llenas. La esposa enseñaba a su marido cómo sembrar el maíz y cómo cuidarlo. Al enterarse de las delicias de la comida nueva muchos animales intentaron robarla.

Mazorca Azul enseñó a la gente que debía prender fogatas cerca de las milpas para asustar a las criaturas que anda­ban en busca de los elotes tiernos.

Los ancianos cuentan que Mazorca Azul, una vez que enseñó a las personas todo cuanto sabía sobre el maíz, se molió a sí misma y de esta manera entregó a la humanidad el riquísimo atole bebida caliente de harina de maíz.

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