miércoles, 3 de diciembre de 2014

ASÍ NACE UN SENTIMIENTO



En el encuentro de cada día, al principio lejano y luego sin darse cuenta se va dando la cercanía; se cruzan las miradas y se acomodan en aquello que impresiona o cautiva; un gesto, una sonrisa, las palabras que encajan y se sintonizan; permitiendo contemplar lo que muy dentro de cada quien habita.

Parecieran que fueran uno más entre todos los que muy cerca caminan, siguen de largo o se detienen, a veces se notan a sí mismo indiferentes; no hay nada especial aún, no se programa nunca lo que se siente; tan solo surge sin avisar, se instala en el alma como una nueva luz que se enciende.

Un detalle puede acercar las almas; una frase o comentario que se ofrece como si nada, pero que logra tener eco y produce resonancia; el aparecer por arte de magia cuando más se necesitaba; el descubrir afinidades, explorar a pie descalzo el alma; ir creando rituales que inspiran confianza y calma.

Y en ese compartir momentáneo se descubren y resaltan cualidades, surgen afinidades; la presencia se hace amena y necesaria, se van creando lazos especiales; quizás aún no lo definen y ni lo saben; pero ya no son parte de un montón; los nombres se leen diferentes, porque al pronunciarlos, algo nuevo y muy profundo se siente.

Las escenas compartidas, ya no se olvidan; renacen en cualquier pensamiento, sin importar un lugar u hora ya sea de noche o de día; dibujan en el rostro lágrimas o sonrisas que quienes ajenos las ven, no saben qué las motiva; se reconstruyen los episodios interiormente, queriendo que cada momento vivido se eternice para siempre.

Se busca cualquier oportunidad para saber como están, para compartir lo que hicieron, hacen o harán; ya el diario vivir de cada quién, no hace parte solo de uno, sino de dos; se sienten parte de un algo que sin entender exactamente qué es, son conscientes que es muy valioso y especial, y hay que cuidarlo y cultivarlo.

Y aparecen los detalles sin pedirlos ni programarlos, son inspirados, surgen voluntarios; Se preocupan el uno del otro, queriendo verle siempre bien, siendo capaz de hacer lo que sea porque así fuera y nada ni nadie le empañe, le haga llorar o temer.

Ante todo esto, saben que aunque puedan estar físicamente lejos, se encuentran demasiado cerca, porque ha nacido un sentimiento; tan fuerte que estrecha las almas, tan puro que no empaña y permite contemplar la esencia; tan libre que no exige ni ata, tan noble que no juzga sino que perdona; tan cierto que habla con la verdad, tan intenso que permite sentirlo siempre, pensarlo al despertar en cada momento y soñarlo a la hora de descansar.

No hay duda, existe una nueva estrella en el firmamento, ha nacido un sentimiento, puedes ponerle por nombre, Amor o Amistad.

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