miércoles, 18 de octubre de 2017

IZTACOÁTL

Durante una de las fiestas dedicadas a Iztac Cóatl, la bella Serpiente se molestó porque los habitantes en vez de tronar los tradicionales cuetes fabricaron “cambras” y las tronaron, hecho que no le gustó nada a la Serpiente. Entonces decidió irse del lugar. Así pues, se enrolló sobre el coatetl y, muy enojada, se dirigió hacia el Poniente.
Nadie sabe exactamente a dónde se fue, pero la conseja popular afirma que se encuentra en un cerro que recibe el nombre de San Agustín de la Barranca, sito en el Municipio de San Agustín Metzquititlan, en el estado de Hidalgo, lugar al que la Serpiente Blanca donó de muchos atractivos naturales, como lo había hecho con su antigua morada.
Sin embargo, los habitantes de Iztaccuatépec la siguen adorando con el mismo fervor, pues esperan que su adorada Serpiente Blanca regrese a su lugar de origen. Una leyenda nos cuenta que en cierta ocasión cayó una terrible nevada en los pueblos vecinos a Chachahuantla, pero en éste ni un solo copo de nieve se pudo ver y no se perjudicó.
Al notar este hecho tan particular los habitantes de Chachahuantla supieron que, aunque su querida Serpiente se hubiese ido, aún protegía a los pobladores de los males de la naturaleza. Es por ello que aún se la adora y se espera que algún día regrese, como nuestro querido Quetzalcóatl.

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