lunes, 30 de junio de 2014

EL DÍA QUE SE CASÓ CHIKÓN TOKOXO



En la montaña sagrada Nindo Tokoxo vivían todos los dioses mazatecos, entre ellos una pareja de ancianos que tenía un hijo, el único. Los padres consideraron que ya era tiempo de casarlo y buscaron una buena chica que fuera también hija de dioses.

Cuando los ancianos la encontraron, el padre fue a pedirla una madruga entre  las tres y las cuatro, a fin de que nadie se diese cuenta. Pero un pajarito de nombre Chalandi estaba de guardia en la casa de la muchacha. 

El padre acudió tres veces a pedir a la chica, sin resultado satisfactorio. A la cuarta vez acudió el pretendiente, pero ante tal atrevimiento el padre de la muchacha se molestó y le preguntó si ya estaba capacitado para efectuar las tareas que correspondían a su sexo, como sembrar y cortar leña para poder casarse. El joven respondió que sí, y el futuro suegro le replicó que como condición para casarse con su hija debía sembrar maíz, calabaza, y frijol ayocote en todos los cerros de su propiedad en tres días.

El muchacho aceptó en seguida, pensando en la manera de cumplir con tamaño compromiso en tan poco tiempo, dado lo enorme del terreno. Entristecido por lo difícil de la tarea, se sentó en una piedra y vio una parvada de pájaros chajma chan. Habló con el líder de los pájaros y le relató el terrible problema en que estaba metido por amor a una bella joven.

Los pájaros lo escucharon y se compadecieron. Le dijeron que ellos realizarían el trabajo de roza y sembrarían todo lo pedido por al padre de la novia convertidos en peones de labranza.

Muy contento el novio acudió con el futuro suegro para avisarle que la faena estaba hecha.  Desconcertado, al hombre no le quedó más remedio que darle la mano de  su hija.

Como los pájaros-peones estaban hambrientos le dijeron al joven que les diera comida, pero no sabía guisar; entonces ña prometida le dijo que eso tenía fácil solución y tomó un totsin, un colibrí, lo mató, y con la mitad hizo un tezmole que alcanzó para que comieran todos, incluido el padre y sus familiares. Terminada la comida, los novios se fueron a vivir al Nindo Tokoxo.

La suegra de Isabel, que así se llamaba la chica, todos los días le pedía que fuera a la milpa de su marido a traer maíz. Cuando llegaba, arrancaba un elote de cada esquina de la milpa y del centro, los llevaba a la casa de su suegro y, por arte de mágia, se convertían en cinco costales rebosantes de elotes. Asombrada, la suegra decidió espiarla y un día la siguió hasta la milpa. Se dio cuenta de los poderes mágicos de Isabel y de la imposibilidad para doblegarla como era su intención.

Un día en que la chica se encontraba sola en la casa y el marido en la milpa, la envidiosa suegra la corrió de la Montaña Sagrada. Isabel salió huyendo, y conforme recorría el campo les iba poniendo nombres a los lugares por donde pasaba: Ndá Ninda, Agua de Zorra; Ndá Cho, Agua Animal, y así sucesivamente.


Esta diosa fue conocida por los antiguos con los nombres de Chjoon Ndave, Na Isabel, Na Lisa y Chjoon Cha Asay.

Y a su joven esposo lo llamaron Chikón Tokoxo, el famoso dios y héroe cultural de los mazatecos. 

domingo, 29 de junio de 2014

JACINTO UC



Jacinto Uc de los Santos, también llamado José Cecilio de los Santos, el gran héroe maya, nació el 14 de diciembre de 1730 en el Barrio de San Román, en la Ciudad de San Francisco Campeche, barrio situado en el actual estado de Campeche, en el sureste de México,  que en ese tiempo formaba parte de la Capitanía General de Yucatán. Más tarde, Jacinto Uc adoptó el nombre de Jacinto Canek, derivado de kaan ek, cuyo significado en lengua maya es “serpiente negra” o “serpiente de la estrella”. Nuestro héroe tomó el nombre del que llevaban muchos de los antiguos gobernantes, halach uiniks, de los itzáes, el pueblo maya que emigró a Yucatán en el siglo IV procedente del Petén.

De muy jovencito, Jacinto fue a servir como criado de los frailes franciscanos  del convento mayor de la Ciudad de Mérida. Tiempo después fue expulsado del recinto debido a su carácter rebelde. A pesar de ser muy inteligente, los frailes no le perdonaron su rebeldía. En el convento aprendió a hablar y a escribir el “castilla”, por lo que pudo adentrarse en la lectura de la historia de Yucatán escrita por los vencedores, pero también tuvo acceso a la historia escrita por los vencidos, los mayas. A causa de sus lecturas Jacinto Canek se volvió pensativo,  orgulloso y rebelde, por lo cual los religiosos, después de tratar de convertirlo en un joven obediente y dócil como “un perro domesticado”, lo expulsaron del convento como queda asentado. Así las cosas, Canek se metió a obrero de una maderería de la ciudad de Mérida. Ahí tomó mayor conciencia de la opresión del pueblo a manos de los españoles, y decidió emprender una lucha libertaria. Empezó a recorrer muchos pueblos de la zona para concientizar ideológicamente a los indios mayas. Trabajó intensamente, y fue muy querido y admirado por los indígenas de todos los pueblos que recorrió. Se le consideraba la reencarnación de los antiguos, sabios y valerosos sacerdotes mayas. El objetivo de su lucha era expulsar de territorio a todos los colonialistas españoles, liberar al pueblo de la miseria y opresión, y volver a la forma de vida de los antiguos mayas.

Corría el año de 1761, cuando en el poblado de Cisteil, en el actual municipio de Yaxcabá, cerca de la  jurisdicción maya de Sotuta, iba a realizarse una fiesta religiosa, el 19 de noviembre, en honor al santo patrono de Cisteil. La celebración religiosa  reuniría a muchos indígenas. Canek, que en ese entonces contaba con treinta y un años, aprovechando la reunión de tanta gente en el atrio de la iglesia, incitó a los indios mayas a levantarse contra los españoles. Les dijo, según nos narra el investigador mexicano E. Flores Cano: Hijos míos muy amados: no sé qué esperáis para sacudir el pesado yugo y servidumbre trabajosa en que os ha puesto la sujeción a los españoles; yo he caminado por toda la provincia y registrado todos sus pueblos, y considerando con atención qué utilidad o beneficio nos trae la sujeción de España no hallo otra cosa que una penosa servidumbre.

En esta tónica siguió hablando Canek por largo rato. En la euforia, el pueblo lo nombró su rey y le otorgó el epíteto de “Jacinto Canek, pequeño Moctezuma” y le colocó la corona de oro de una imagen de la iglesia. Pero el cura de Sotuta que le había escuchado, asustado y traicioneramente, dio aviso al comandante militar sobre la insurrección de Canek y su incitador mensaje. Inmediatamente, ciento cincuenta soldados realistas fueron al lugar donde se encontraba Jacinto Canek. La lucha dio inicio, pues los indios también estaban armados. Los mayas mataron al comandante y a ocho soldados. Iban ganado la contienda. Pero las tropas españolas de varias ciudades aledañas acudieron en ayuda para sofocar la rebelión. Muchos indígenas se fueron sumando a la lucha; sin embargo, las fuerzas coloniales eran más poderosas en número y armas y, tras tres horas de una cruenta lucha, cientos de mayas perdieron la vida. Jacinto Canek rescató a quinientos de sus hombres, junto con los cuales huyó y se escondió en una cercana hacienda. Todo fue inútil, veinticuatro horas después, las tropas virreinales rodearon la hacienda e hicieron prisioneros a Canek y ciento doce de sus hombres. Los rebeldes fueron trasladados a la ciudad de Mérida. Se le acusaba de ir contra los intereses de la corona española y de haber realizado actos sacrílegos, pues las autoridades alegaban que Jacinto se había vestido como la Virgen de la iglesia de Cisteil a fin de coronarse como el rey de los mayas. Tales acusaciones le llevaron a ser descuartizado en la plaza pública un mes después de ser arrestado, haber sido cruelmente torturado, a fin de obtener una satisfactoria confesión para los intereses de los hispanos, y de haber pasado por un ridículo juicio sumario. 

Para asistir a la ejecución de Jacinto Canek, los españoles de Mérida vistieron sus mejores galas y se sentaron en sillas especialmente llevadas por sus criados para ver cómodamente el espectáculo, al tiempo que saboreaban dulces y sabrosos pastelillos. Cuando Canek subió al potro de tortura, el verdugo le propinó un terrible golpe en la cabeza con una barra de hierro. En seguida, destrozaron el cuerpo del rebelde y lo exhibieron en la plaza para escarmiento de los indios quienes tristemente observaban tanta crueldad hispana. Poco después, el cuerpo de Jacinto Canek fue quemado en la hoguera y sus cenizas se esparcieron por todo el territorio maya. Sus compañeros de prisión vieron su atroz muerte. A ocho de sus compañeros se les ahorcó, destrozó, y sus cadáveres mutilados fueron enviados a sus respectivos pueblos. Los demás rebeldes fueron azotados públicamente hasta casi la muerte, y se le arrancó una oreja como ejemplo viviente de lo que les pasaría a futuros rebeldes.

El historiador don Justo Sierra, 1846-1912 escribió al respecto: Se le hace pasar un suplicio de los más horrorosos que se leen en la historia, quemándose su cadáver y arrojando al aire sus cenizas; sus ocho compañeros fueron ahorcados dos días después y otros cien infelices fueron condenados a sufrir la durísima pena de doscientos azotes y la pérdida de la oreja derecha.

Finalizada la ejecución de Jacinto Canek y sus compañeros de lucha, el pueblo de Cisteil fue  quemado en su totalidad por las tropas del virrey y cubierto con sal, para que nadie olvidase la “traición” de los valerosos indios mayas.



viernes, 27 de junio de 2014

EL PERRO FANTASMA



Regresaba de la tienda en la noche con unos amigos. Iba cantando por la calle porque me encanta cantar y en eso un perro color café comienza a seguirme. Normalmente no me gustan los perros, prefiero los gatos, pero en esta ocasión y porque estaba lloviendo decidí llevarlo a la casa. Dos amigos iban conmigo y decidimos llamarlo Chocolate.

El perro era realmente muy bien portado. Sabía sentarse, no ladraba, no mordía y por si fuera poco se sabía el camino a mi casa. No pues, ¡que maravilla! supusimos que era un labrador por el tamaño que tenía aunque era un labrador pequeño, menos del año le calculamos y todos en la casa felices.

Esa noche nos quedamos en la casa los dos amigos y yo. Yo fui el último en subirme a dormir y vi cómo el perro estaba dormido en la sala. A la mañana siguiente se levantaron mis amigos para irse a la escuela y me levanté con ellos para sacar al nuevo integrante de la familia a hacer sus necesidades porque parecía muy educado y supuse que no se haría adentro de la casa y me sorprendí cuando no lo encontré. Por ningún lado. Ni siquiera un rastro de que hubiera estado ahí: no había huellas, pelos, regalitos. Nada de nada.

Nos pusimos a pensar cómo pudo haber sucedido pero parecía no alarmarles que un labrador de mediano tamaño desapareciera de la noche a la mañana y se fueron a su casa como si nada.

Levanté a mis amigos para comentarles del perro y tampoco parecieron reaccionar. Creen que alguien se lo robó. ¿Sinceramente alguien iba a abrir mi casa y llevarse a un perro de la calle? Sobre todo cuando las laptops, el Wifi y el Xbox, inclusive el dinero que había sobre la mesa al lado de la puerta y nada desapareció.

No soy muy dado a creer en cosas pero no encuentro una explicación para mi perro Chocolate. ¿Habrá simplemente desaparecido? ¿Era un perro fantasma?





jueves, 26 de junio de 2014

PITAO BEZELAO



El Dios de la Muerte, Pitao Bezelao aparece en la cultura zapoteca desde sus inicios,  pero alcanzó su mayor importancia durante el Período Postclásico. Fue tan conocido como Cociyo, el Dios del Rayo y de la lluvia. Pitao Bezelao también fue el dios de la masculinidad, el dios padre, dios del infierno, de la muerte, de las riquezas, la suerte, y las gallinas, abogado de la tierra y de la grana.  El encargado de su culto fue el sumo sacerdote de Mitla, el huija tao. Como en esta ciudad se le tenía verdadera veneración y había muchas tumbas destinadas a los grandes señores y sus familias, la ciudad tomó el nombre de Lyobáa, “Lugar de sepulturas”.

Pitao Bezelao estaba casado con Xonaxi Quecuya, la Madre Muerte, y con Coquí Bezelao. La primera era una deidad que traía la muerte. Se encargaba de recoger las almas de aquellos que morían en su presencia. Se la representaba con todos los insectos que ayudan a la descomposición de los cadáveres. En tanto que deidad femenina, siempre estaba embarazada; está dentada en todos sus orificios, los cuales representan la vagina de la tierra que devora a los seres humanos cuando se los sepulta.

Coquí Bezelao, la otra esposa del dios, presenta atributos masculinos y femeninos: vagina y pene. Su madre, la diosa de la Tierra, Tlaltecuhtli, la engendró por medio de la partenogénesis; es decir, sin intervención masculina. Se la representa por medio de caracoles.

A Pitao Bezelao se le adoraba en todo el Valle de Oaxaca, en sus ceremonias se sacrificaban hombres, niños, perros, gallinas, palomas, y codornices. Su centro ceremonial se encontraba en Mitla, precisamente en el llamado Salón de las Columnas. El dicho salón estaba dividido en dos áreas. En una de ellas se recibía a los feligreses de todas las clases sociales, y se llevaban a cabo los rituales y sacrificios al dios. En la segunda área, había cuatro cuartos situados alrededor de un patio, pintados de color rojo, aquí moraba el sacerdote del dios. Se unían las dos partes por medio de un pasillo. Los aposentos del sacerdote eran muy lujosos, y en ellos recibía  a las nobles jóvenes vírgenes que le apetecía y que le traían de diversas poblaciones para que, una sola vez al año, disfrutase sexualmente con ellas. Si alguna de las mujeres llegaba a embarazarse, el hijo tomaría el puesto del padre como sacerdote.

Mitla era la puerta de entrada al Inframundo, al que conducían calles muy largas llenas de podredumbre y de malos olores. Se le representaba al dios como una calavera, con manos en forma de tenazas, orejeras de papel, y un cuchillo por nariz. A veces se le ve como un esqueleto con las rodillas flexionadas, la boca abierta, que lleva en su mano derecha un fémur humano, y en la otra mano un cuchillo para el sacrificio. Asimismo, se le representaba con arácnidos y lagartos, y con un enorme falo.

Pitao Bezelao presidía los rituales de los entierros de los nobles zapotecas. A la llegada de los españoles el cuto al dios de la muerte estaba en su apogeo, y duró hasta bien entrado el siglo XVII en las comunidades indígenas más apartadas del dominio hispano.




miércoles, 25 de junio de 2014

DIFERENCIAS



Dios en su gran imaginación, quiso hacer derroche de creatividad en su creación; por ello no existen seres iguales, cada uno existe por una particular razón. Animales y plantas variados, que en la naturaleza ocupan un lugar especial; si fueran idénticos no habría variedad de paisajes para contemplar, todo sería igual.

Es como el artista que en cada obra, da riendas sueltas a su imaginación, Si fuéramos iguales, el poeta, el pintor, el escultor y el cantor, no tendrían inspiración. No sólo nuestra apariencia es diferente, también lo es nuestro corazón.

Cada uno ama a su manera, cada uno tiene un sueño e ilusión.

Aunque somos diferentes, ante Dios tenemos el mismo valor, No importa que seas alto o bajo, gordo o flaco, o tu piel sea de otro color. Si difieres al vestir, hablar u orar; nadie te puede juzgar, Si siendo quien eres y haciendo lo que haces, a nadie haz de herir o dañar. Nadie puede obligarte a ser de otra manera, lucha por tu identidad, Dios te ama sin condiciones, El es quien tiene la VERDAD.

Existen mil formas de amar, creer, pensar, orar, vestir, caminar y actuar. No podemos ser máquinas en serie, hay cosas que nos han de diferenciar. Si alguien dice amarte pero te exige, que tienes que cambiar, No es amor verdadero, pues no te sabe aceptar.

No podemos juzgar a otros, porque de nosotros difieren, Recuerda que Dios a todos por igual nos quiere.

Lo bello del mundo es la diversidad, contemplar lo que eres, aprenderte así a amar, sentir que podemos juntos crecer, que nos podemos complementar, que soy capaz de descubrir, el tesoro que dentro de ti haz de tener y me puede enriquecer.

Si Dios quisiera que todos fuéramos iguales, no existirían personas como tú o como yo, que pensamos, soñamos, sentimos, actuamos, nos vestimos, creemos, amamos cada uno a su manera, y así ocupamos un lugar especial en la creación. Si respetamos las diferencias, no habría guerras ni desilusión, nos aceptaríamos como somos, y la paz fuera realidad y no tan solo una ilusión.

Así debemos ser las humanos, capaces de amar sin juzgar ni discriminar; respetar las diferencias, y a todo saber acoger y aceptar.

EL ORIGEN DE LAS TORTILLAS



Mi nombre es Iztacxóchitl, Flor Blanca. Nací en la ciudad de Mexico-Tenochtitlan el día Ce-Tochtli del mes Izcalli, del año de 1505. Tengo diez y seis años de edad, y dentro de poco tiempo amarraré la punta de mi huipil a la túnica de Tlahuis, mi prometido. Desde que nací he sido preparada para el matrimonio, como todas las mujeres mexicas. Cuando yo tenía ocho años, Citlali, mi madre, me enseñó a moler el maíz en el metate, a amasarlo con agua, y a formar las tlaxcalli, nuestras tortillas, para después cocerlas en el comalli. 

Mi madre, conocedora de nuestras tradiciones, me decía que las tortillas eran un alimento sagrado, un don de los dioses. Me contó que fue Quetzalcóatl, llevado por su  infinita sabiduría y bondad, quien nos dio el maíz y el conocimiento para cultivarlo, ha muchos siglos atrás. Citlali decía que dada la importancia que el maíz tiene en nuestra alimentación, contamos con muchos dioses relacionados a él; por ejemplo, tenemos a Centéotl, el dios del maíz, hijo de Tlazoltéotl y de Piltzintecuhtli; a Xilonen, la Peluda, diosa del xilote, de la mazorca tierna; y a Ilamatecuhtli, la Princesa Vieja que simboliza el maíz seco y la tierra. Pero sobre todo tenemos a la maravillosa Chicomecóatl, Siete-Serpiente, la hermosa diosa que adorna su cabeza con una diadema de papel, viste huipil y falda pintados con flores acuáticas, y porta en una mano manojos de elotes; y en la otra, una rodela decorada con una flor. Chicomecóatl es nuestra diosa de los mantenimientos, patrona de la vegetación, y parte femenina del dios Centéotl, es la diosa de lo que se come y de lo que se bebe. Fue la primera divinidad que preparó exquisitos manjares para los dioses, y  elaboró la primera tortilla que conocimos los mexicas, nuestro venerado pan de maíz, que cuenta con una existencia de mucho más de dos mil años.

Cuando era pequeña, Citlali me platicaba que la bella Chicomecóatl, la de la cara pintada de rojo, habitaba en el Tlalocan, el paraíso de Tláloc, desde donde bajaba a esperar que germinara el maíz, y a donde regresaba una vez culminado el milagro de la cosecha. Mi madre afirma y jura que existe un llamado Árbol de Chicomecóatl, conocido como el árbol del fruto infinito. En una época lejana, cuando los mexicas pasaban por una fuerte hambruna, se encontraron con un árbol repleto de frutas verdes, todavía no maduras. Tres días y tres noches los hombres y las mujeres le rezaron a Chicomecóatl sentados alrededor del árbol. Al tercer día, el árbol movió sus ramas, y cayeron a tierra muchísimas frutas maduras que se repartieron entre pueblo, salvándose así de una muerte segura. Desde entonces, se sigue adorando al Árbol de Chicomecóatl,  y se le rinde pleitesía.

A nuestra querida diosa Chicomecóatl la festejamos en el mes Huey Tozoztli, Ayuno Prolongado. Para este tiempo, colocamos en nuestros altares caseros plantas de maíz verde, y llevamos los granos, que han de servir para la siembra, a bendecir a su templo, el Chicomecóatl Iteopan, situado frente al cu de Tezcatlipoca, en la Plaza Mayor de Tenochtitlán. En el templo, los sacerdotes le ofrecen en sacrificio a una muchacha cuya sangre, producto de su decapitación, se vierte sobre la imagen de piedra de la diosa, y cuya piel desollada viste el sacerdote ejecutor.

En el mes Ochpaniztli efectuamos otra celebración dedicada a esta deidad. Los sacerdotes, vestidos con las pieles de los prisioneros cautivos sacrificados un día antes, arrojan desde lo alto del templo semillas a los participantes, mientras que  núbiles doncellas engalanados sus brazos con coloridas plumas de quetzal, y sus rostros con brillante marmaja, llevan en sus espaldas siete mazorcas manchadas con ulli, hule derretido, y envueltas en sagrado papel. La más bella de las doncellas encarna a la diosa. Se la adorna con una pluma verde de quetzal colocada en la frente, símbolo de la espiga del maíz, misma que al anochecer, y junto con su larga cabellera, le serán cortadas y ofrecidas a la diosa, una vez que la muchacha ha sido sacrificada sobre los elotes que portaban las doncellas, como tributo para obtener una buena cosecha. 

Nuestras tlaxcaltin tienen un diámetro de veintitrés centímetros y están sujetas a racionamiento. Los niños de tres años solamente comen media tortilla; los de cuatro y cinco tienen derecho a comer una entera; y llegando a los seis años, los pequeños pueden comer  tortilla y media. Yo sé desde siempre que las tlaxcaltin se emplean en muchos ritos y ceremonias sagrados.

Por ejemplo, nuestros sacerdotes efectúan un ayuno de carácter divino que dura cuatro años: comen a mediodía una tortilla chiquita y delgada, acompañada de un poquito de atole endulzado con aguamiel. Este ayuno se rompe los primeros días de cada mes, y los sacerdotes pueden comer lo que quieran, con el fin de agarrar fuerzas y continuar con el ayuno. También utilizamos las tortillas como parte de las ofrendas dedicadas a los muertos: se les entierra y se les ponen ofrendas de guisados, tortillas y tamales, a fin de que tengan con que abastecerse en su camino al más allá, al Inframundo; si el muerto es incinerado, sus cenizas se ponen en una vasija, y se le obsequia con ofrendas en los altares domésticos donde quedan depositadas.

He de precisar que hay muchos tipos y nombres para las tortillas que consumimos. Los señores importantes comen la llamada totonqui tlaxcalli tlacuelpacholli, que es una tortilla blanca, doblada y caliente; para el diario comemos la hueitlaxcalli, grande, blanca, suave y delgada, a diferencia de la quauhtlaxcalli, que es gruesa y áspera; la tlaxcalpacholli es una tortilla no tan blanca como las otras, sino cafecita; la tlaxcalmimilli, no es de forma redonda, sino alargada, en forma de memela; la tlacepoatli-ilaxtlaxcalli, tortilla muy fina hojaldrada, es la que más me gusta, pero sólo la comemos de vez en vez; la tortilla de bledos de masa amarilla, se emplea para colocar en las mejillas de la cara de las imágenes de los montes hechos con la masa llamada tzoalli, durante el décimo tercer mes Tepeilhuitl, es pues una tortilla ceremonial. Además, usamos muchos ingredientes para elaborar las tortillas.

Citlali tortea unas muy sabrosas con xilote, la mazorca tierna; otras rellenas de chile molido, o de carne untada con chile; a veces hace tortillas con huevo de guajolote; de masa mezclada con miel; y una tortilla que cuece en el rescoldo. Hay otras tortillas que conozco se usan en ceremonias religiosas, como la ácima, de maíz seco no cocido con cal; y las tortillas que tienen forma de mariposa o de escudo, empleadas para las ofrendas de los guerreros muertos; y hasta hay una tortilla en forma de muñeca que me gusta mucho.



martes, 24 de junio de 2014

LA VIRGEN DE TECAXIC



También Nuestra Señora de Tecaxic tiene su leyenda. En el Zodiaco Mariano, obra publicada en el siglo XVIII por Fray Francisco de Florencia, se dice lo siguiente:

A raíz de la Conquista, Tecaxic -que en lengua mexicana significa vaso de piedra- era un pueblo muy numeroso. Una epidemia arrasó con su población, de tal modo que no quedaron en ella sino dos vecinos. Abrumados por la "tristeza y soledad", no tardaron en abandonar el pueblo, que vino de esta manera a quedar desierto.

Con el éxodo de los dos sobrevivientes quedó abandonada una ermita que en los tiempos prósperos habían construido los vecinos. Veneraban en la ermita una imagen de La Asunción, pintada al temple sobre una tela indiana. En la soledad, el templo batió las puertas y rajó las paredes, de suerte que el viento, los soles y las lluvias, "deslucieron los colores del ropaje y mermaron la hermosura del rostro".

En estado tan lamentable se encontraba la capilla, cuando acertó a pasar por allí el licenciado Antonio de Sámano y Ledesma, en los momentos en que se abatía un fortísimo aguacero. Buscó el hombre asilo en la capilla; pero en balde, porque dentro se mojaba tanto como afuera. El agua escurría por la imagen, y allí advirtió el licenciado que era milagroso el hecho de que la Virgen no se hubiera despintado del todo, máxime "siendo la materia" en que estaba iluminada, tan deleznable y corruptible".

No sólo a este hecho inexplicable obedeció la veneración de la imagen de Tecaxic. Dos hombres de Toluca se desafiaron a causa de los requiebros de una mujer. Escogieron como sitio del duelo la espalda de la abandonada ermita, que mal se erigía en el cerro de tecaxic, hoy conocido como El Molcajete, a causa del cráter que presenta en su cima de donde le viene el nombre náhuatl que ya se dijo. Estaban los rijosos en pleno desafío, cuando oyeron músicas nunca oídas, como si proviniesen de los cielos. Asombrados suspendieron la pugna. Era de la Capilla de donde salía aquella música de ángeles; pero cuando llegaron hasta donde se hallaba la imagen, la encontraron, "sola y desamparada". "llenos de pavor y reverencia pusieron las armas a los pies de la virgen, y haciéndose de enemigos muy amigos, adoraron a la gran Señora...".

Con este suceso confirmó el Guardián del convento de Toluca, lo que ya le habían referido, y es que todos los sábados del año, se oía música celestial en aquella capilla abandonada.

Otro prodigio tuvo confirmación en la ermita: Pedro Millán Hidalgo, vecino muy estimado en el Valle de Toluca, hacía frecuentes viajes, muchos de ellos de noche, desde la ciudad de San José hasta Xalmolonga -Almoloya, hoy de Juárez- y al pasar por tecaxic, especialmente los martes y los sábados, "solía oír una música muy acorde y sonora, que le causaba admiración". Sin embargo, cuando picado por la curiosidad se acercaba a la ermita, la encontraba desierta. Comenzó por llevar ceras que encendía cada vez que por allí pasaba.

Algunas veces, en pleno día, Millán Hidalgo veía en la ermita "luces que a distancia brillaban con gran resplandor, y en llegando a ella desaparecían".

Otra ocasión oyó música en la noche. Pensando que los indios, para evitarse el pago de derechos, habían ido a enterrar a uno de sus muertos a esa hora, les gritó en mexicano que no temiesen, que él era Pedro Millán. La música cesó como por encanto. Molesto por lo que creyó socarronería de los indios, se llegó sigilosamente hasta la Capilla, y para su asombro la encontró vacía.

Este y otros hechos no menos asombrosos, que narra en su Zodiaco el buen fraile Francisco de Florencia, fueron el origen de la veneración de la imagen del Santuario de Tecaxic.

Cuando fue Guardián del convento de Toluca el padre José Gutiérrez, quien gozó fama de ser un hombre profundamente religioso, conocido que hubo los prodigios de la imagen de Tecaxic, animó a los vecinos de Toluca, ya los labradores de lxtlahuaca, a erigir un templo. Después de algunas peripecias los deseos del religioso se cumplieron. El Santuario de Nuestra Señora de Tecaxic, fue acabado de construir en el año de 1655.

Hoy día el Santuario se encuentra abandonado. Ausentes están las numerosas romerías que en otros tiempos lo visitaban. Las almas sencillas de los pocos hombres de buena voluntad que aún quedan, están en espera de un nuevo prodigio de Nuestra Señora de la Asunción.



lunes, 23 de junio de 2014

ITZTLACOLIUHQUI



Cuchillo Curvo de Obsidiana fue el dios de la oscuridad, los desastres, la obsidiana, la temperatura, las heladas, el pecado, el castigo, y las miserias humanas. Pero también fue el dios de la justicia y la objetividad.

Se le representa con la cara de piedra y con los ojos vendados, a veces una punta de flecha le atraviesa la cabeza.

A decir de fray Bernardino de Sahagún: Los atavíos que llevaba eran la carátula del pellejo metida por la cabeza y un capillo de pluma metido en la cabeza, que estaba pegado a un hábito de pluma que tenía sus mangas y su cuerpo; la punta del capillo, que era larga, estaba hecha una rosca hacia atrás; tenía un lomo como cresta de gallo en la rosca, y llamaban a este tal capillo itztlacoliuhqui, que quiere decir dios de la helada.

En el principio de los tiempos Itztacoliuhqui fue Tlahuizcalpantecuhtli, el Señor de la Estrella del Alba, el Señor de la Aurora, representado como un esqueleto que flecha.

Era pues, completamente diferente al actual, pero después de combatir con Tonatiuh, el Sol, quien le agredió cegado por los celos ya que Tlahuizcalpantecuhtli había adquirido mayor importancia durante la creación del Quinto Sol llevada a cabo por los dioses en la ciudad de Teotihuacán, Tonatiuh lo castigó y lo convirtió en Itztlacoliuhqui, arrojándole una certera flecha a la cabeza hasta perforársela.

Como nos dice el Códice Chimalpopoca: Le disparó y no le acertó. ¡Ah! ¡Ah! le dispara y flecha el Sol a Tlahuiz-calpanteuctli con sus saetas de cañones de plumas rojas, y en seguida le tapó la cara con los nueve cielos juntos. Porque Tlahuizcalpantecuhtli es el hielo. 

A Itztlacoliuhqui se le considera un aspecto o advocación de Quetzalcóatl y de Tezcatlipoca. Se le asocia con la noche y el frío del norte. Asimismo, rige la trecena, el período de trece días del calendario, que da comienzo con en 1-Cuetzpallin, Uno Lagarto. La fiesta al dios Itztlacoliuhqui se celebraba en el mes Ochpaniztli, con ofrendas de comida, bebida, sacrificios humanos, danzas y cánticos.



sábado, 21 de junio de 2014

LA GRADUACION DEL HOMBRE-COYOTE



Así se graduaban los indígenas Yaquis, como “HOMBRES COYOTES”

“Al nuevo Hombre-Coyote, lo colocan en el centro de un círculo, formado por los más viejos guerreros, todos jefes dentro de la tribu. Luego una exhortación muy emocionante: ´Para ti no habrá ya más muerte, para ti no habrá ya dolor, para ti  no habrá ya enfermedades, para ti no habrá ya sol, para ti no habrá ya calor, para ti no habrá ya noche, para ti no habrá ya frío, para ti no habrá ya sed, para ti no habrá ya hambre, para ti no habrá ya lluvia, para ti no habrá ya familia, para ti no habrá ya alegrías, nada podrá atemorizarte, todo ha terminado para ti, excepto una cosa: el cumplimiento del deber, en el puesto que se te designe, allí quedarás po0r la defensa de tu nación, de tu pueblo, de tu raza, de tus costumbres. ¿Juras cumplir con el mandato´ El nuevo Hombre-Coyote responde SI, entonces el jefe, actuando como padrino impone sus manos sobre los hombres del nuevo Hombre-Coyote y saca de su carcaj las uñas de león y con ellas rasga la piel del pecho, de la espalda y los muslos, y le entrega las insignias de la muerte y un penacho de plumas de águila, con su piel de Coyote, su carcaj lleno de flechas y su arco”

Después de la graduación del Hombre-Coyote, frente a una multitud integrada por toda la tribu, desde la suprema jerarquía, formada, trémula de emoción, para presenciar los simulacros de guerra y las últimas pruebas de su preparación para tal rango. Siguiendo las danzas, y realizada la ceremonia, con todos los actos que exige la tradición, en la sierra del Bacatete”

He aquí la contextura moral del guerrero Yaqui en su graduación de Hombre-Coyote y sus consecuencias en las guerras de su pasado histórico. 

VIEJOS AMIGOS



Y ya es Invierno... ¿Sabes? el tiempo tiene su manera especial de moverse rápido y tomarte desprevenido del paso de los años.

Parece que solo ayer  era joven, recién casado y embarcándome en mi nueva vida con mi pareja.

Pero de cierta forma parece que fue hace mucho tiempo y ahora pienso, a donde se fueron los años.

Sé que los he vivido todos.

Tengo visiones como fue entonces y de todas mis esperanzas y sueños.

Pero, allí está, el invierno de mi vida y "Me agarra de sorpresa".

¿Como llegué aquí tan rápido?
¿A donde se fueron los años?
¿A donde se fue mi juventud?

Recuerdo bien haber visto gente mayor a través de los años y pensaba que aquellas personas mayores estaban muy lejos de mí y que ese invierno estaba tan lejos que no me podía imaginar como sería. 

Pero aquí está, mis amigos están retirados y volviéndose "grises", se mueven más lento y ahora veo una persona mayor.

Algunos están en mejor forma, otras peor que yo, pero veo el gran cambio.

No como las que recuerdo que eran jóvenes y vibrantes, sino como yo, su edad se empieza a mostrar y ahora somos aquellas personas mayores que solía ver y que nunca pensé que sería. 

Cada día ahora encuentro que solo el tomar una ducha es uno de los acontecimientos reales del día.

Y que tomar una siesta ya no es algo agradable como era, es algo obligatorio.

Porque si no lo hago por mi propia voluntad, simplemente me quedo dormido donde esté sentado.

Así que ahora entro en esta nueva etapa de la vida sin preparación alguna para todos los dolores y achaques y la pérdida de fuerza o habilidad par ir y hacer todas las cosas que quisiera haber hecho pero que nunca hice.

Pero, por lo menos se, que aunque el invierno ha llegado y del que no estoy seguro cuanto va a durar, si sé que cuando éste se acabe en esta tierra, todo se acabó.

Otra aventura empezará. 

Sí, tengo arrepentimientos.

Hay cosas que hubiese querido no haber hecho, cosas que debí haber hecho, pero de verdad, hay muchas cosas que hice de las que estoy contento. 

Así que si todavía no estás en tu invierno permíteme recordarte que estará aquí mucho más rápido de lo que piensas.

Por tanto, cualquier cosa que quieras lograr en tu vida, por favor hazlo rápido.

No lo pospongas por mucho tiempo.

La vida pasa rápido.

Haz todo lo que puedas hoy, porque nunca estarás seguro si ya es tu invierno o no.

No tienes promesa de que verás todas las estaciones de tu vida, así que vive por el hoy y di todas las cosas que quieres que tus seres queridos recuerden con la esperanza que ellos lo aprecien y amen, por todas las cosas que has hecho por ellos en los años pasados.

"La vida es un regalo que se te ha dado"

La forma en que la vives es un regalo para los que vienen después.

Haz de este viaje algo único y fantástico. 

VIVE BIEN. Goza el día. Haz algo agradable.

Se Feliz. Recuerda, "Lo real es la salud y no las piezas de oro y plata"

Finalmente, considera lo siguiente:

Hoy día es el día en que serás el máximo de Viejo, pero lo más joven que podrás ser. Goza de tu día mientras dure.

Tus hijos se están convirtiendo en lo que tú eres, pero tus nietos son perfectos.

Salir a la calle es bueno, Regresar a la casa es mejor.

Te olvidas de los nombres, pero no importa, está bien porque otras personas se olvidan que siquiera te conocieron.

Las cosas que te importaba hacer, no te importan ahora, pero si te importa el que no  te "importe", que no lo hagas mas.

Duermes mejor en un sillón con la TV prendida que en la cama. A esto se le llama "Pre-dormir"

Extrañas los días cuando todo trabajaba con solamente un interruptor de "Prendido" y "Apagado" 

Ahora tiendes a usar mas las palabras: "¿Que?" "¿Donde?"

Lo que solía ser: pecas, ahora son manchas del hígado.

Todo el mundo "Susurra"

Tienes tres tallas de ropa en el ropero, 2 de las cuales nunca las volverás a usar.

Pero lo Viejo es bueno en algunos casos: Viejas canciones, Viejas películas, y lo mejor de todo, “VIEJOS AMIGOS” 

"Que estés bien, viejo amigo"

viernes, 20 de junio de 2014

EL CERRO DEL TOLOCHE



En el Cerro del Toloche, por el lado de Santiago Miltepec, existe una cueva a la que llaman Cueva del Toloche y hace como cien años tenía una abertura como de un metro de altura y para adentro era una especie de subterráneo. Para entrar se tenían que llevar velas. A muchos pastorcitos les gustaba entrar porque decían que "alguien" los llamaba y cuando entraban sólo caminaban como veinte metros porque decían que para adentro estaba muy oscuro. 


Se cuenta que hubo un zapatero que haciendo una apuesta con sus amigos, les dijo que como él era el más valiente, iba a entrar. Les preguntó que qué querían que les trajera de seña y ellos le dijeron que una naranja. 


Al día siguiente se reunieron todos para acompañar al que iba a entrar a la cueva. Se cuenta que el zapatero entró a las siete de la mañana, saliendo a las ocho de la noche con la naranja que había prometido llevarles. 


Sus amigos le preguntaron que qué cosas había visto y él les contestó que al entrar lo recibieron dos catrines preguntándole qué quería; ofreciéndole dinero, lo que él quisiera pero que para que se lo dieran tenía que dejar su firma escrita con sangre de la vena de su mano izquierda.

El contestó que no iba por dinero, que iba solo por una naranja que les había prometido a sus amigos y ellos contestaron que para que se la pudiera llevar, tenía que hacer lo que ellos le ordenaran.


Lo primero que tuvo que hacer fue sentarse en una silla que era de víbora. Los catrines le dijeron: "Ya sabes que si al sentarte no te muerde la víbora, puedes llevarte la naranja y podrás salir, y si no; ya no sales". 


El zapatero se paraba y se sentaba a fin de evitar que lo mordiera la víbora. Viendo los catrines que la víbora no podía morderle, le dijeron que ya se levantara.


El hombre se levantó sudando por el esfuerzo que había hecho para librarse de las mordeduras. Después le dijeron: -"Ahora te toca sentarse en una acémila y tienes que correr a la orilla de una laguna que tiene un chaflán alrededor-


El zapatero, contó a sus amigos; que se enredó la crin en una mano y con la otra le pegaba a la acémila en la cabeza, para que no lo aventara al agua. Viéndolo ya cansado, los catrines .se compadecieron de él y le dijeron que ya se bajara. 

Habiendo vencido estas pruebas, los catrines lo llevaron a ver montones de dinero, árboles frutales de todas las especies. El cuenta que vio un paraíso. Le decían:

-"Llévate lo que quieras pero tienes que dejar tu firma con sangre de la vena de tu brazo izquierdo"- El zapatero les volvió a repetir que no quería dinero, que la apuesta que él había hecho era de una naranja. Entonces ya le permitieron cortar la naranja que él quería. Cuando ya la tenía en la mano el zapatero les dijo con palabras groseras:


-"Conforme me fueron a encontrar, váyanme a dejar"- El hombre sintió que lo tomaban de los dos brazos y lo llevaban volando. De repente se vio fuera de la cueva. Salió espantado y vio que sus amigos estaban esperándolo fuera de la cueva. Llevaba la naranja en la mano como prueba de que había ganado la apuesta,


Cuentan que después de algún tiempo el zapatero desapareció.


El mencionado cerro lleva ese nombre porque cuentan que había dinero.


Creyendo los vecinos del pueblo que era obra del demonio, acordaron reunirse con el objeto de ir a ver a los padres misioneros para que conjuraran la entrada.