lunes, 20 de octubre de 2014

ZICNAPÁ Y LOS DIOSES GEMELOS



Hunahpú e Ixbalanqué los dioses nacidos de Hun-Hunahpú, estaban francamente molestos porque Zicnapá, Sabio Pez-Tierra, había dado muerte a los cuatrocientos jóvenes.

Dado que el dios disfrutaba recogiendo en el río cangrejos y pescados para comer, decidieron hacer una figura grande que tuviera la forma de cangrejo. Pusieron la figura en las faldas de un cerro llamado Meauán, y fueron al encuentro de Zicnapá a la orilla del río.

Cuando los hermanos lo vieron le preguntaron a dónde iba, a lo que Sabio Pez contestó que a ninguna parte, que estaba buscando su comida que consistía en pescado y cangrejos pero que no había encontrado nada desde ayer y que tenía mucha hambre.

Los gemelos en seguida le informaron que al fondo de un barranco se encontraba un cangrejo enorme que les gustaría obsequiárselo pero que tenían miedo de atraparlo.

Entusiasmado, Zicnapá les pidió que lo atraparan o, en su defecto, lo condujeran al sitio donde estaba esa maravilla de cangrejo. “Conmovidos” por la humildad de la petición, Hunahpú e Ixbalanqué lo llevaron al barranco.

Zicnapá estaba muy contento porque en verdad se estaba muriendo de hambre. Cuando llegaron al fondo del barranco, en una especie de cuevilla, el cangrejo se encontraba acostado de lado mostrando, solamente, su concha roja. Zicnapá quiso atraparlo poniéndose de bruces, pero no pudo y desistió. Los gemelos vengativos le preguntaron: -¿Lo atrapaste?- a lo que respondió el aludido: 

-¡No, porque se fue para arriba y poco me faltó para cogerlo. Pero tal vez sería bueno que yo entrara para arriba!-

Zicnapá se volvió a meter en la cuevilla. Cuando ya casi había entrado y solamente se le veían los pies, el cerro sufrió un derrumbe y atrapó a Sabio Pez-Tierra quien se convirtió en Piedra y nunca más se le volvió a ver. Así terminaron los dioses gemelos con el dios que había matado a los cuatrocientos jóvenes.

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