miércoles, 31 de octubre de 2018

UN ÁNIMA DEL PURGATORIO




En la villa de Toluca (que es del marques del Valle), una mujer española, llamado Isabel Hernández, viéndose atribulado, fue a su confesor, que se decía Fr. Benito de Pedroche, cómo estando acostada en su cama, había visto al amanecer un hombre colgado en su aposento, con el hábito de la misericordia. El confesor le dijo, que lo conjurase si tenia ánimo para ello, y le enseño el modo como lo había de hacer. Aparecióle este hombre otras dos o tres veces, hasta que un día, a la misma hora, estando ella acostada en su cama con otras mujeres, por el temor que tenía, vio la misma visión, y lo conjuró y preguntó qué era lo que queria.
El hombre le dijo quién era, y cómo había que estaba en purgatorio, porque había levantado un falso testimonio a una doncella que queria casar un sacerdote honrado, llamado Antonio Fraile, por lo cual la doncella no se casó. Y que se había confesado de aquel pecado y tenido de él contrición; mas por cuanto no le había restituido la honra, penaba todavía en el purgatorio. Y que para muestra de la verdad que decía, que le preguntasen al Antonio Fraile si esto era así. Y que por morir fuera de México no le había vuelto la honra; que de su parte se la volviesen y le mandase decir algunas misas, porque luego saldría de purgatorio, y así se las dijeron, y nunca más pareció.
Hízose averiguación de esto en México, y hallose ser todo así, y a aquella mujer se le volvió la honra, aunque ya era casada cuando sucedió. No se descubre el nombre del difunto por su honra.


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