miércoles, 23 de enero de 2019

LA DESCALZA




En la Ciudad de Chihuahua se encuentra una casona muy hermosa y muy grande conocida con el nombre de Quinta Gameros. Fue construida por Julio Corredor Latorre, por órdenes de don Manuel Gameros en el año de 1910, para ofrecérsela como hogar a la mujer que amaba y que llevaba el nombre de Rosa. Don Manuel no pudo gozar de su casona ya que, al producirse la Revolución Mexicana, tuvo que huir para salvar su vida. Actualmente, la casa alberga al Centro Cultural Universitario.
Uno de los guardias del Centro relata que hace un tiempo estando en el primer piso, vio una sombra que cubría uno de los tragaluces del segundo piso. El hecho le causó extrañeza y decidió subir. Cuando llegó al segundo piso se encontró con una bella chica que lucía un elegante vestido de seda verde y rosa. Amablemente le dijo que el acceso al segundo piso estaba prohibido para los turistas, le preguntó cómo había llegado a ese segundo piso. La joven le miró con una gran sonrisa, y le dijo que había entrado por la otra puerta que siempre estaba abierta. Y agregó que la disculpara por estar descalza ya que tenía mucho calor y sus zapatos los había dejado en el jardín de la casona. Agregó que inmediatamente se iría para no causarle problemas al guardia. Ella se marchó por una puerta y él por otra. Cuando el guardia vio a su compañero le platicó del encuentro con la bella dama y ambos subieron a ver si ya se había ido. Tomó la llave de la puerta por donde la muchacha se había ido y la abrió… pues estaba cerrada, aun cuando la chica había asegurado que siempre estaba abierta.
Los guardias la buscaron por los jardines donde la mujer dijo haber dejado sus zapatos, pero no la encontraron. La buscaron, y le preguntaron a sus compañeros por ella, pero nadie la había visto. Volvieron a revisar por toda la casona, y no la encontraron. Jamás volvieron a verla.
Pasaron dos años. Se decidió que era el momento adecuado para restaurar el segundo piso. Los trabajos comenzaron. La restauración dejó una capa de polvo regada por el piso. Al día siguiente cuando los guardias volvieron a revisar el piso en cuestión, encontraron sobre el polvo las huellas de unas pisadas de mujer sin zapatos. Las huellas daban vueltas por la estancia, pero nunca se dirigían a ninguna de las dos puertas… no había señales de que hubiese entrado y salido.
Desde entonces los guardias ven huellas de pies descalzos que no saben de dónde vienen, y a la mujer que las produce le han puesto por nombre La Descalza, están seguros de que se trata de Rosa, la enamorada y prometida de don Manuel Gameros que no pudo gozar de su bella casa en vida.


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