miércoles, 9 de enero de 2019

MIENTRAS HAYA VIDA




Al despertar cada día, y experimentar el latir de tu corazón; eso es señal de vida, aún existe una esperanza...

Y aunque tal vez no puedas contemplar los colores de la mañana, ni los sonidos de la naturaleza, porque tus sentidos físicos no logran percibirlo; trata de descubrir todo lo que con el resto de tu cuerpo puedes sentir; el amor de tus seres queridos, la textura de las cosas que tocas, el aroma de la creación, sentirás que estás vivo, todavía queda una esperanza...

Si logras experimentar cada color, melodía, aroma y textura; pero no puedes moverte, te sientes amarrado, sin poder correr con los niños, ni caminar por la orilla del mar o en medio de un campo; deja tus sueños volar, con ellos puedes llegar aún más lejos de lo que puedes ir al caminar.

Sea cual sea tu situación o limitación; piensa que cada ser tiene cosas que puede hacer y también otros que no, pero nada es imposible, siempre habrá una esperanza de hacer los sueños realidad, si dentro de ti haz de sentir tu corazón latir, y experimentas a cada instante el amor del Amigazo Dios.

Pensamos más en aquello que no tenemos, vivimos renegándole a la vida por ello; pero pocas veces hacemos un inventario de todo lo que poseemos, que sobrepasan nuestras carencias; son los instrumentos y dones que el Amigazo nos confía para poder realizarnos y cumplir el ideal de nuestro existir.

No fuimos creados por error, no somos una equivocación, cada uno de nosotros, tiene en el latir de su corazón, el toque de Dios.

Es más fácil nacer careciendo de algo, y aprender a vivir plenamente sin ello; que teniéndolo, perderlo de un momento a otro; y tratar de seguir sin poseerlo, por ello, hay vivir cada instante, valorando todo lo que poseemos, dándole gracias a Dios por las personas, talentos, capacidades y dones que tenemos; sin apegarnos a nada, pues todo es pasajero, sólo Dios nunca pasa, solo El es eterno, y así, si algún día, por las vueltas del destino, algo de aquello perdemos, no sentirnos vacíos, sino plenos, porque supimos valorarlo en su momento, los disfrutamos, lo compartimos y es hora de devolverlo.

Llenando ese vacío con la Fe y el Amor del Amigazo, eso siempre será nuestro, nunca pasarán, son para toda la eternidad.

Cada día, al sentir el latir del corazón; alaba al Creador, por el don de tu vida; llénate de paz y de alegría de vivir, porque mientras existas, siempre habrá una esperanza para ser realmente feliz.

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