domingo, 2 de marzo de 2014

LA EXTRAÑA HISTORIA DE NIKOLA TESIA

“¡Ya antes de que desaparezcan muchas generaciones, nuestras máquinas van a ser movidas por la fuerza desde cualquier lugar del universo! En todo universo existe energía”. Estas palabras las dijo el genial científico Nikola Tesla. Y según Nexus Magazine: “El doctor Nikola Tesla era considerado como una de las personas más conocidas de la Tierra. Hoy día ha desaparecido de nuestros libros científicos y de los libros de texto. ¿Qué es lo que descubrió y por qué cayó en el olvido?”. Hay veces en que los grandes hombres pasan desapercibidos y olvidados, incluso hasta denostados durante su vida, para, nada más morir, reconocerle todos sus méritos, y en alguna ocasión como esta, después de casi cien años, aún se siguen usando sus descubrimientos y se continua investigando sobre sus diseños, teorías y aparatos. Fue un hombre que se había adelantado a su tiempo, en el amplio sentido de la palabra.

Nikola Tesla nació el 9 de julio de 1856, en Smiljan, Croacia, que por aquel entonces formaba parte del imperio Austro-Húngaro. Su padre abandonó la carrera militar para convertirse en sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Serbia. Su madre, aunque no recibió educación formal alguna, era brillante y tenía una memoria excepcional. Tesla siempre decía que su madre era la fuente de sus capacidades intelectuales. No obstante,  la temprana muerte accidental de su hermano lo dejó marcado para toda su vida, ya que se consideraba culpable de ese accidente. Y con esa culpa cargó hasta el día de su muerte. Nikola Tesla fue, sin ninguna duda, el más grande genio del siglo XIX y XX. Nuestro estilo de vida ahora, la tecnología que damos por normal, todo esto es posible por este hombre increíble. No obstante, a pesar de todas sus contribuciones a la ciencia, su nombre es poco recordado fuera del campo de la física. De hecho, Thomas Edison es a menudo erróneamente acreditado en los libros de texto con invenciones que fueron realmente desarrolladas y patentadas por Tesla.
La mayoría de los eruditos reconocen que la oscuridad en torno a Tesla es parcialmente debida a sus maneras excéntricas y a sus fantásticas afirmaciones,  durante los años decadentes de su vida, de comunicarse con otros planetas y sobre sus rayos mortales. Es ahora sabido que muchos de estos fantásticos inventos de Tesla son científicamente válidos y funcionales. Simplemente le ha tomado a la humanidad mucho tiempo ponerse al día con algunas de las asombrosas ideas de un hombre que murió en 1943. Es conocido que Tesla sufrió problemas financieros en su vida adulta. Por esto, Telsa tenía que mudarse continuamente al no poder costearse sus viviendas. El Hotel Waldorf Astoria en Nueva York fue la residencia de Tesla durante veinte años, y tuvo que mudarse en 1920 al no poder costearlo más. Luego se mudó al Hotel San Regis, pero de nuevo fue forzado a desocuparlo debido a la carencia de apoyo financiero. Forzado a mudarse de hotel en hotel, a menudo dejó baúles con documentos, como garantía por sus deudas. Estos baúles, que fueron ansiosamente buscados después de la muerte de Tesla, se habían vuelto la clave para abrir el misterio de quien fue realmente Nikola Tesla y la increíble vida que llevó secretamente.

Tesla investigó las ondas de alto voltaje, de alta y baja frecuencia y sus efectos terrestres, atmosféricos y sobre los cuerpos sólidos. También fijó las bases científicas de la Teoría Dinámica de la Gravedad así como varias formas de obtener energía libre. Hacia 1900, Tesla dirigió especialmente sus investigaciones a la electropulsión y efectuó una serie de experimentos en Colorado Springs. Los resultados de estos experimentos fueron tan colosales que dejaron a los científicos del momento sin habla. Cuando Tesla llegó a EE.UU. llevaba bajo el brazo los planos para la construcción del primer Platillo Volador del mundo, que volaba sin necesidad de energía externa. Tenía intención de presentarlos en la convención de Ginebra como solución para lograr la paz mundial y para la liberación de la Energía. Tenía fantásticas teorías sobre el magnetismo y la anti gravedad,  así como sobre otras formas de “energía libre“. La tecnología de la autopropulsión, inventada por Tesla, fue la base de las naves espaciales tripuladas que hoy llamamos “platillos volantes“. Pero el gobierno de los Estados Unidos nunca dio a Tesla la oportunidad de poner en práctica todos sus hallazgos. Sin embargo, aquellas invenciones de Tesla fueron utilizadas por la Alemania Nazi en sus” Foo Fighters” entre 1920-30 y posteriormente en ingenios mucho más avanzados.

Nikola Tesla ha sido acreditado como creador  de mucha de la tecnología que hoy en día tenemos. Sin el genio de Tesla, no tendríamos radio, televisión, electricidad AC, la bobina de Tesla, iluminación fluorescente, las luces de neón, dispositivos de radio control, robótica, rayos-X, radar, micro ondas y docenas de otros asombrosos inventos. Debido a esto, no es de sorprenderse que Tesla también investigó en el mundo del vuelo y posiblemente de la antigravedad. De hecho, su última patente,  en 1928, era para una máquina voladora que asemejaba tanto a un helicóptero como a un avión. Antes de morir, Tesla ideó, según informes, los planos para el motor de una nave espacial. El la llamó Space Drive o impulsión del campo anti-electromagnético. Nikola Tesla recientemente ha sido sujeto de controversia, debido a que se afirma que estuvo involucrado en uno de los misterios más secretos de la II Guerra Mundial, El Experimento Filadelfia. Este experimento, también conocido como Proyecto Arco Iris, fue supuestamente un intento por parte de la Marina de crear un barco que no pudiera ser detectado por minas magnéticas y/o radar. Sin embargo, sus resultados  fueron muy diferentes y mucho más peligrosos de lo que la Marina hubiera esperado. Las pruebas habrían empezado el verano de 1943, y hasta cierto punto tuvieron éxito al principio. Una prueba, el 22 de julio de 1943, volvió al USS Eldridge casi totalmente invisible, con algunos testigos reportando una “niebla verdosa“. Sin embargo, algunos miembros de la tripulación se quejaron posteriormente de náuseas.

En ese momento, el experimento fue alterado a petición de la Marina, con el objetivo de hacer al navío invisible únicamente a los radares. El equipo fue recalibrado y el experimento se llevó a cabo el 28 de octubre de 1943. Esta vez, el Eldridge no sólo se volvió totalmente invisible a la vista, sino que de hecho desapareció del área en un relámpago azul. Al mismo tiempo, la base naval estadounidense en Norfolk, Virginia, a 600 km de distancia, un tripulante en sus costas declaró haber visto al Eldridge durante 15 minutos, al final de los cuales desapareció, para volver a aparecer en Filadelfia, en sus coordenadas originales. Fue, supuestamente, un caso accidental de teletransportación. Según el relato de Carl Allen, los efectos fisiológicos en la tripulación fueron profundos. Mareos muy violentos, personal que desapareció por completo, otros que simplemente se volvieron locos o padecieron esquizofrenia severa. Y lo más terrorífico fue el hallazgo de cinco miembros de la tripulación fundidos completamente con la estructura de metal de la proa del buque, mientras otros tantos sufrieron desmaterializaciones de algunas partes de sus cuerpos. Supuestamente, los oficiales navales, horrorizados cancelaron el experimento inmediatamente. Los supervivientes nunca fueron los mismos, y permanecieron en una suerte de amnesia total.
Otro invento basado en las teorías de Nikola Tesla es el High Frequency Active Auroral Research Program o HAARP (programa de investigación de aurora activa de alta frecuencia) es un programa ionosférico financiado por la Fuerza Aérea y la Marina de los Estados Unidos, la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) y la Universidad de Alaska. Su objetivo es estudiar las propiedades de la ionosfera y potenciar los avances tecnológicos que permitan mejorar su capacidad para favorecer las radiocomunicaciones y los sistemas de vigilancia (tales como la detección de misiles). El programa HAARP fue objeto de controversia a mediados de los años 1990, debido a la hipótesis de que las antenas de la Estación podrían usarse como armamento. En agosto de 2002, la tecnología HAARP tuvo una mención como tema crítico en la Duma (parlamento) de Rusia. La Duma elaboró un comunicado de prensa sobre el programa HAARP, escrito por los comités de defensa y asuntos internacionales, firmado por 90 representantes y presentado al entonces presidente Vladimir Putin. El comunicado de prensa indicaba lo siguiente: “Los Estados Unidos están creando nuevas armas integrales de carácter geofísico que puede influir en la tropósfera con ondas de radio de baja frecuencia… La importancia de este salto cualitativo es comparable a la transición de las armas blancas a las armas de fuego, o de las armas convencionales a las armas nucleares. Este nuevo tipo de armas difiere de las de cualquier otro tipo conocido en que la tropósfera y sus componentes se convierten en objetos sobre los cuales se puede influir“.

Este proyecto ha sido ampliamente criticado y tema de numerosas teorías de conspiración; acusado de ocultar su verdadero propósito. El periodista Sharon Weinberger llamó al HAARP; “el Moby-Dick de las conspiraciones”. El informático David Naiditch denominó a este como “un imán de teorías”, ya que ha sido culpado por accionar catástrofes tales como inundaciones, sequías, huracanes, tormentas, y terremotos devastadores en Afganistán y las Filipinas, dirigido según se dice a combatir a terroristas. Naiditch también los acusó de diversos acontecimientos, incluyendo los fallos eléctricos importantes del avión de la TWA (vuelo 800) o el síndrome del Golfo, entre otros. Hasta el momento, en ningún lugar en  que se apoye las “Teorías de la Conspiración” se ha mostrado cómo sería posible que las ondas de radiofrecuencia producidas por el HAARP puedan provocar efectos tales como terremotos. En agosto de 2010, varios físicos rusos acusaron a EEUU de estar tras la intensa ola de calor rusa que originó numerosos incendios y duplicó la mortalidad. Afirmaban que el proyecto HAARP no es solo un medio de investigación, sino una potente arma que modifica el campo eléctrico y provoca cambios climáticos a nivel mundial.
No se sabe a ciencia cierta si Tesla usó alguna vez su “rayo de la muerte“, o si tuvo éxito construyendo uno. Pero algo pasó una noche en 1908 cuando Tesla dice que probó el arma. El 30 de junio de 1908, una explosión de gran magnitud había devastado Tunguska, un área remota en el desierto Siberiano. Se habían destruido quinientos mil acres de tierra de un modo instantáneo. Con una potencia equivalente a diez a quince megatones de TNT, la casualidad quiso que Tunguska haya sido la explosión más poderosa que ha ocurrido en la historia humana, ya que incluso las detonaciones termonucleares posteriores no la han superado. La explosión pudo ser oída a una distancia de 620 millas. Los científicos creen que fue causada por o un meteorito o un fragmento de un cometa, aunque no se encontraron ni el lugar del impacto, ni restos de mineral de dicho objeto. Nikola Tesla tenía una explicación diferente. Era obvio que su “rayo de la muerte“ había llegado más allá de su blanco inicial y Tunguska había sido destruida. Él estaba agradecido al hecho de que la explosión milagrosamente, no mató a ninguna persona. Tesla desmanteló el rayo de muerte enseguida, ya que juzgaba que era demasiado peligroso para existir. Seis años después, con la Primera Guerra Mundial, Tesla recapacitó y escribió al Presidente Wilson, revelándole su prueba con el “rayo de la muerte“ de modo confidencial. Él se ofreció a reconstruir el arma para el Departamento de Guerra, para que fuese usado puramente como un elemento disuasivo. Solamente la amenaza de tal fuerza destructiva, obligaría a las naciones bélicas a llegar a un acuerdo para establecer una paz duradera. La única contestación a la propuesta de Tesla fue una carta de reconocimiento de la secretaria del presidente. Se supone que el rayo de muerte nunca fue reconstruido.

Cuando Tesla murió el 7 de enero de 1943, a la edad de 86 años, representantes de la Oficina de Propiedad de Extranjeros, a petición del FBI, fueron a los hoteles de Nueva York donde se había hospedado y se apoderaron de todas sus pertenencias. Dos camiones llenos de documentos, muebles y artefactos fueron enviados a la Compañía de Bodegas y Almacenamiento de Manhattan. Después de la muerte de Tesla se dictó un plan del gobierno de los Estados Unidos para encontrar todos sus documentos, notas e investigaciones antes de que otras potencias extranjeros pudieran encontrarlos. Era conocido por el FBI que la inteligencia alemana ya se había apoderado de una gran cantidad de las investigaciones de Tesla varios años antes de su muerte. El material robado, se piensa, eventualmente resultaría en el desarrollo de los platillos voladores de los Nazis. Los Estados Unidos iban a asegurarse que esto no sucediera de nuevo. Cualquier cosa, aun remotamente asociada con este gran hombre, fue rápidamente confiscada y guardada en las redes secretas de los Estados Unidos antes de la II Guerra Mundial. Sin embargo, más de una docena de cajas con las pertenencias de Tesla, dejadas atrás en hoteles como el Waldorf Astoria,  el Governor Clinton y el San Regis ya habían sido vendidos para pagar las excepcionales deudas de Tesla. La mayor parte de estas cajas y los secretos que contenían nunca han sido encontrados. Esta carga fue agregada a los casi treinta barriles y bultos que habían estado en almacenamiento desde 1930, y la colección entera fue sellada.
La mayor parte de estas cajas y los secretos que contenían nunca han sido encontrados. En 1976, cuatro cajas indistinguibles de papeles fueron subastadas en la venta de la propiedad de un tal Michael P. Bornes,  vendedor de libros en Manhattan. Esta subasta tuvo lugar en Newark, Nueva Jersey, con las cajas y sus contenidos siendo comprados por Dale Alfrey por la suma de veinticinco dólares. Alfey no tenía idea lo que había en las cajas al comprarlas. Cuando más tarde las revisó, se sorprendió al encontrar lo que parecían ser documentos de laboratorio y notas personales de Nikola Tesla. Algunos de los papeles perdidos de Tesla habían resurgido. No obstante, debido a la ignorancia de su importancia casi se pierden una vez más. En 1976, el nombre de Nikola Tesla no era muy conocido. Alfrey no tenía idea de la importancia de los papeles que ahora le pertenecían. Revisando una increíble cantidad de material, el primer pensamiento de Alfrey es que había destapado las notas de un escritor de ciencia ficción. Lo que leyó fue tan increíble que parecía imposible que algo de eso fuera cierto.

Teniendo poco interés en lo que había comprado, Alfrey escondió las cajas en su sótano, pensando que las revisaría de nuevo más tarde, cuando tuviera más tiempo. Pasaron veinte años antes de que Alfrey encontrara tiempo para abrir las extrañas cajas. Desafortunadamente, el tiempo no fue muy amable con el preciado contenido dentro de las cajas. Ya para entonces, los papeles se habían enmohecido gravemente, y la tinta se había descolorado por los años en el húmedo sótano. Alfrey estaba determinado a no dejar desaparecer para siempre este material  y comenzó el laborioso esfuerzo de tratar de transcribir la información antes que fuera demasiado tarde. Sin embargo, Alfrey pronto se encontró capturado en la lectura de los notables papeles. Las notas de Tesla eran sorprendentes por sus revelaciones de la vida secreta del científico. Una vida que hasta ese momento nunca había sido mencionada por Tesla o documentada por sus biógrafos.
Estos diarios perdidos revelaban que en 1899, mientras estaba en Colorado Springs, Tesla interceptó comunicaciones de seres extraterrestres que secretamente estaban controlando a la humanidad. Estas criaturas estaban preparando a los humanos para una eventual conquista y dominación, usando un programa que había existido desde la creación de la humanidad, pero que ahora se estaba acelerando debido al mayor conocimiento científico en la Tierra. Tesla escribió sobre sus años de investigaciones para interpretar las extrañas señales de radio y sus intentos de notificar al gobierno y a los militares lo que sabía. Pero sus cartas, al parecer, se quedaron sin respuesta. Tesla habló en confianza con varios de sus benefactores, incluyendo el Coronel John Jacob Astor, quien era propietario del hotel Waldorf Astoria. Estos benefactores escuchaban a Tesla, y secretamente fundaron lo que fue el comienzo de la primera batalla de la humanidad para obtener el control de su propio destino. Una batalla puesta en movimiento por Nikola Tesla. Mientras que esta información parece absolutamente increíble, Tesla dio pistas ocasionales de su difícil situación en varias entrevistas en periódicos y revistas.

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