El
estado de Zacatecas se encuentra situado en la región centro-norte de la
República Mexicana. Su capital se fundó el 20 de junio del año de 1588, cuyos
títulos, otorgados por Felipe II de España, fueron los de La Muy Noble y Leal
Ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas. Su nombre significa “lugar donde
abunda el zacate”. Dicha región fue poblada por los indios zacatecas desde
mucho antes de la conquista española, y por otras tribus como la guachichil, la
tepehuana y la caxcán. El estado de Zacatecas siempre se destacó por su
abundancia en minas de oro y plata.
Una leyenda zacatecana nos
relata que hace ya algún tiempo vivían en la ciudad dos buenos amigos que se
encontraban en mala situación económica. Como eran bastante ambiciosos
decidieron remediar su situación y partir por el estado hasta dar con una mina de
metales preciosos que los sacara de pobres.
Dicho y hecho. Misael Galán
y Gildardo Higinio se pusieron en marcha en busca de una buena mina que
suponían se encontraba en la zona que separa el Municipio de Vetagrande de la
ciudad capital, que por cierto se trata de una cordillera.
Caminaron
por el lugar durante cinco días hasta que se encontraron con una cueva que
pensaron estaba rica en oro, pues junto a la cueva se encontraba una piedra
medio enterrada muy brillante. Rápidamente se pusieron a escarbar para sacarla,
ya que estaban seguros de que era de oro puro.
Después de un arduo trabajo
lograron desenterrarla y, fatigados por el esfuerzo, se acostaron a descansar.
Al poco rato ambos dormían profundamente. Al siguiente día, unos campesinos que
pasaron por el lugar los encontraron muertos a los dos. Según dice la leyenda
los amigos se pelearon por la posesión de la piedra y se acuchillaron al uno al
otro en su afán por poseerla. Pero habían muerto en vano, ya que la piedra
carecía de valor, aunque brillara como el oro.
La famosa piedra se quedó
ahí para siempre, pues a nadie le interesó llevarse a su casa una piedra sin
ningún valor. Pero ¡Ay de aquel que se encuentre con ella, porque
inmediatamente se torna agresivo y ataca a todo el que se tope con él!
Según afirman algunas
personas, esta piedra en un tiempo sirvió para afilar cuchillos y navajas, y
por eso trasmite deseos criminales a quien tiene la mala suerte de encontrarse
con ella. Como todos los habitantes de la región tenían miedo de encontrarse con
la piedra maldita, decidieron llevarla hasta la parte alta del muro posterior
de la Catedral de Zacatecas, debajo de la campana más pequeña, donde nadie
pidiese verla y así evitar que los infortunados que le llegasen a ver se
pusieran furiosos como locos y les entraran ganas inmensas de matar a algún
prójimo.
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