viernes, 10 de mayo de 2019

LÁNZATE A VIVIR




Mientras vemos como un año más se nos va; no podemos ser indiferentes a todo lo que en estos días que vivimos, logramos perder o ganar. Cabe hacer memoria de los momentos vividos y así hacer un recuento, de lo que en este caminar ganamos o perdimos. Aunque para muchos quizás el tiempo y la vida pasan desapercibidos, se acomodan o estancan para evitar involucrarse y correr el riesgo de sufrir; no saben quizás que en esa indiferencia es más lo que se pierde que lo que pueden ganar lanzándose a vivir.

Existen los que perdieron o ganaron paz interior dependiendo de aquello que el destino les presentó o les quitó; también hay a quienes por la muerte, les ha tocado decir adiós, en esos instantes ayuda mucho pensar en los momentos compartidos, de ello depende se pueda sentir lo afortunados que hemos sido, porque al lado de ese ser tan querido que se nos fue, muchas bendiciones recibimos; no podemos echar el tiempo atrás, hay que seguir adelante sin
renunciar.

Qué decir de los que durante este año ganaron o perdieron un amigo o un gran amor; si se ha ganado se podrá sentir que la vida toma otro sentido y un nuevo color; pero si por el contrario se ha perdido, reflexionemos en ¿qué fue lo que pasó?. Si cometimos algún error, la pérdida nos hará ganar experiencias, habremos aprendido la lección, o si por el contrario, ese amor no nos daba seguridad sino que causaba angustia y dolor, al perderlo habremos ganado la oportunidad de rehacer nuestra vida y encontrar el verdadero amor. Muchas veces en la vida ganar puede ser perder o perder puede ser realmente ganar; todo depende con qué ojos se miran o se asumen las cosas que hay que vivir o afrontar, es necesario ser objetivos a la hora de deliberar.

Haber perdido no es un pecado mortal que haya que condenar, perder hace parte de los riesgos que se asumen en la búsqueda de la felicidad; lo trascendente de este instante es tener la certeza de que en cada nuevo día que se nos regala, tenemos la oportunidad de intentarlo de nuevo, todas las veces que sea necesario, hasta que logremos por fin alcanzar, eso que tanto anhelamos y ahí en ese proceso, mientras en la lucha sentimos que estamos viviendo, a la vez vamos ganando mucho más de lo que alguna vez imaginamos.

Ganaremos experiencias, fortalezas, sabiduría, fe y paz; encontraremos el amor y la amistad, obtendremos la certeza de que aprovechamos el tiempo que se nos ha dado, supimos vivir de verdad, y cuando hagamos un recuento de lo que invertimos en nuestro caminar; a pesar de tener momentos en los que quizás perdimos, sentiremos que más que perder, conseguimos ganar; porque son muchas más las bendiciones que del Amigazo hemos recibido; todo tiene su razón de ser, simplemente hay que aprender a verlo con los ojos de la fe y no rendirnos jamás.

Hagamos un recuento de lo vivido, reflexionemos en los pasos que dimos, lo que nos atrevimos a hacer o aquello en que nos cohibimos; retomemos en nuestra mente los caminos recorridos y lo que nos toco asumir o enfrentar; es el momento de pensar ¿Qué ganamos o perdimos?

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