El relámpago es un resplandor muy
vivo producido en las nubes por una descarga eléctrica.
Existen diferentes
explicaciones alternativas de cómo se produce la luz del relámpago.
La
diferencia de voltaje se debe sobre todo a las diferentes velocidades de
ionización de los componentes de los gases que forman dichas nubes.
La ionización de
estos componentes se debe en sí misma al efecto de la luz solar y a la
diferencia de temperaturas entre los distintos estratos de la nube, así como a
la diferencia de temperaturas entre día y noche.
A
diferencia del rayo,
el relámpago desciende de las nubes en forma ramificada y jamás llega a la
tierra aunque el mismo siga, al igual que el rayo, lo que se llama gradiente de
voltaje o de potencial eléctrico; esto es, la línea recta
más corta que une dos variaciones máximas de voltaje, dándole al rayo esa forma tan
peculiar.
El
relámpago se produce así: Cuando llueve sobre la superficie terrestre, se
produce evaporación natural (causada por el fenómeno de la convección),
llevando hacia arriba gotas de agua, es decir, H2O. Mientras tanto, a una altura
de 2,5 a 3 kilómetros donde la temperatura es de 15 a 20 grados Celsius bajo
cero, se producen partículas de hielo que caen por gravedad y que chocan con
las gotas de agua que suben por la evaporación. Estas fricciones y colisiones
producen separación de cargas eléctricas (disociación), y se genera un campo
eléctrico, es decir, fuerzas que se ejercen entre cargas, hasta que llega el
momento en que se dan transferencias de cargas, comúnmente conocidas como
relámpagos.
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