Hubo una vez Trece Cielos que se
formaron de la cabeza de Cipactli, el Cocodrilo Sagrado, monstruo marino mitad
pez y mitad cocodrilo. Los dioses así lo quisieron cuando decidieron crear los
niveles verticales del universo: El Inframundo, la Tierra, y el Cielo. Son
trece los cielos en que habitan los dioses, a saber:
El Ilhuícatl Meztli, El Cielo Donde
Está La Luna, es el primer nivel celestial, donde llegan las nubes y la
Luna; morada del Tlazoltéotl, diosa de la lujuria, el sexo y el
adulterio; de Meztli, la Luna, de Ehécatl, el divino dios del viento, y de
Tláloc, señor de la aguas y de los terremotos.
En el Ilhuícatl Tetlalíloc, El Cielo
Donde Está El Espacio, segundo nivel universal, las estrellas se mueven y las
constelaciones siguen su rumbo. Es el dominio sagrado de Citlalicue, señora de
las estrellas hembras, creadora de la Vía Láctea, y de su consorte Citlaltónac,
señor de las estrellas varones. Esta divina pareja tiene a su cargo a las estrellas Centzon Mimixcoa, a
las Centzon Huitznáhuac, y a las constelaciones Citlaxonecuilli (Osa Mayor;
Citlaltachtli, (Géminis); Citlalcólotl, (Escorpión); Citlalozomahtli (Osa
Menor); Citalhuitzitzilin (Columba y Lepus); Citlalmiquiztli (Sagitario y
Corona Australis); Citalxonecuilli, (Auriga y Perseo ); Citlaltécpatl (Picis
Austtrinus y Grulla); Citlalcuetzpalli, (Andrómeda y Pegaso); Citlalolli,
(Leo); Citlalmázatl, (Eridanus y Fronax); y Tianquiztli, (Pléyades).
El tercer nivel, el Ilhuícatl Tonatiuh,
Donde Se Mueve El Sol, se sitúa en el Occidente,
hacia donde el sol camina para perderse en el Mictlan, el Inframundo. Ahí reina
el dios amarillo: Tonatiuh, nuestro señor el Sol.
Al llegar al cuarto nivel, llamado
Ilhuícatl Huitztlan, El Cielo De La Estrella Grande, puede verse salir a
Tlahuizcalpantecuhtli de su morada para dar aviso de que llega Tonatiuh,
el regidor del Este.
Citlalicue, la Vía Láctea, y
Citlaltónac, la pareja sagrada que comanda a las estrellas, reina en el
Ilhuícatl Mamaloaco, Cielo Que Se Hunde, quinto nivel en donde se trasladan las
estrellas errantes y los cometas.
Tezcatlipoca, dios de lo invisible, de
la Osa mayor, y regidor del Norte, habita en El Cielo Donde Está Lo Negro, el
Ilhuícatl Yayauhco, el lugar donde nace y se va extendiendo la noche.
Huitzilopochtli, señor de la voluntad
y el sol, guerrero consumado regidor del Sur, vive en el Ilhuícatl Xoxoauhco,
en el Cielo Donde Está lo Azul, séptimo nivel, donde el Sol aparece en el
amanecer.
Mictlantecuhtli y Mictlancihualt, la
pareja mortal, los señores del Inframundo, habitan este lugar de tempestades,
donde nace la oscuridad, nombrado Ilhuícatl Nanatzcáyan, El Lugar Donde
Rechinan Los Cuchillos de Obsidiana. Octavo lugar de universo celeste.
En la Región del Blanco, el Ilhuícatl
Teoiztac, noveno estadio divino, está Quetzalcóatl, dios de vida,
sabiduría y conocimiento, el regidor del Este; le acompañaban los tzitzimime,
los terribles espíritus celestes que se divierten atacando al Sol al amanecer y al
anochecer, e intentan destruir al mundo.
En la región amarilla del Oriente, el
Ilhuícatl Teocozáuhco, décimo nivel celestial, reina Tonatiuh, y de ahí partía
para dirigirse hacia el Occidente y cruzar el Mictlan.
Xiuhtecuhtli, nuestro dios del fuego,
señor de la hierba, mora como amo y señor, con su rostro amarillo y envejecido,
en el décimo primer nivel, el llamado Ilhuícatl Teotlatláuhco, la región
roja, el cielo rojo con rayos de luz para recordar que la primera creación del
mundo fue el fuego terrenal. Le hacen compañía al buen dios Chantico, su
esposa, reina de los fuegos del corazón y del hogar, responsable de la
maduración de las niñas enanas. Junto a la pareja divina están
los Xiuhtotontli, los dioses del fuego: del blanco, Xiuhiztacuhqui; del rojo,
Xiuhtlatlauhqui; del amarillo, Xiuhcozauhqui; y del azul, Xiuhxoxoauhqui.
En Donde Moran Los Dioses, el
Ilhuícatl Teteocan, se encuentran los dioses creadores, los
Tezcatlipocas, lugar por excelencia donde los dioses nacen, renacen y se
transforman. En el Norte, Tezcatlipoca, el Espejo que Humea, Señor del Cielo y
de la Tierra; en el Este, Xipetotec, El Desollado, la parte masculina del
universo; en el Oeste Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, la deidad
principal; y en el sur, Huitzilopochtli, Colibrí Zurdo, el dios más adorado de
los mexicas, asociado con el Sol. Décimo Segundo Cielo.
Finalmente, en el décimo Tercer Cielo,
el Ilhuícatl Omeyocan, Lugar de la Dualidad, el más alto de los cielos,
reside la pareja creadora: Ometecuhtli, regidor del ciclo de vida, dios
de lo inerte y lo inherente; y Omecíhuatl, diosa del sustento y la furtividad.
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