Los mayas representaron simbólicamente
al tiempo, Kinh, y al Sol, Ak Kin o Kinich Ahu, por medio de una
figura humana con rasgos de anciano.
Así, la máxima deidad, el Sol,
representaba a un anciano. El dios Sol estaba vinculado con Itzamná, el dios
más importante del panteón maya, quien fuera un anciano creador del universo.
Aunque también solíase representarlo
como un animal fantástico, una mezcla de serpiente, cocodrilo y lagarto, con
pezuñas y cuernos de venado.
Desde su residencia en el Cielo,
Itzamná dirigía al cosmos sentado en una banda astronómica,
ya que fue uno de los dioses que dibujaron las constelaciones. Itzamná fue el
primer sacerdote de la cultura maya, a quien se debe la invención de la
escritura y de los códices; de las ciencias y de los conocimientos.
Creó a los hombres y al Mayab, el
lugar donde debían residir; es por tanto el símbolo del Creador. En su faceta
humana, Itzamná recibió el nombre de Zamná, gran sacerdote maya llegado con los
clanes de Bacalar, los posteriores itzáes, para establecer Chichén Itzá.
Los antepasados, los moradores
antiguos del mundo, fueron también ancianos, se llamaron los k’ilis kah in yum.
Estos los ancianos son considerados
como los primeros seres que existieron sobre la Tierra, y como los
continuadores de la vida humana.
El Popol Vuh, libro sagrado de los
mayas, nos relata lo que decían los k’ilis:
¿Cómo
haremos para formar otros seres que de veras sean superiores y sepan oír,
hablar, comprender lo que dicen, nos evoquen y sepan lo que somos y
lo que siempre seremos en el tiempo?
En la primera creación
del mundo estuvieron los kinh; en la segunda, los abuelos que fueran creados
por los kinh; en la tercera, los humanos surgieron de los abuelos. El anciano
brujo sagrado, Ank’in Chilam Balam profetizó, en fecha 11 ahua katum, la
llegada de los conquistadores españoles, y expreso ahogado de sufrimiento:
¡Ay,
entristezcámonos porque llegaron! Ay de Itzá, brujo del Agua, que vienen los
cobardes blancos del Cielo, los blancos hijos del Cielo… sólo de pecado se
hablará, sólo de pecado será su enseñanza… Tendréis exceso de dolor y exceso de
miseria.
Entonces, vaticinó que cuando llegaran
los hombres blancos, los ancianos morirían y se terminarían los linajes mayas,
tal cual aconteció en la historia.
Por tanto, los ancianos en la cultura
maya se consideraban como transmisores de la sabiduría y profetas excelentes.
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