En un molino viejo que se
encuentra en uno de los pueblos de San Luis Potosí, se aparecen las ánimas de
un nahual y de una bruja.
Por eso todos los habitantes
del pueblo tienen miedo de pasar por tal molino, no vaya a ser que se les
aparezcan.
Cuenta la leyenda que hace
mucho tiempo, cuando aún el molino no existía y en su lugar estaba el almacén
de una gran hacienda muy antigua, una bruja se peleaba mucho con un nahual.
En una de sus peleas, la
bruja se comió al nahual. Por eso se debe de tener mucho cuidado con las
brujas, porque se pueden convertir en nahuales y atacar a las personas
echándoseles encima para dañarlas.
Había una vez un abuelito
que vivía tranquilamente con su esposa.
Un día una de sus hijas vio
a su papá que venía caminando muy tranquilo por el sendero que conducía a su
casa.
Ella estaba en la puerta
esperándolo; de pronto, vio a una señora que saludaba a su papá muy
amablemente; en seguida, el señor empezó a revolcarse en el suelo, como si estuviera
luchando contra alguien.
Cuando el papá estaba tirado
salió corriendo un coyote, se trataba de un nahual, pues la señora era una
bruja que se convertía en nahual cuando quería.
Esa bruja es terrible, ahora
acostumbre ponerse en el molino a esperar que pase una persona y atacarla con
el propósito de matarla o quitarle el alma. Nadie del pueblo quiere pasar por
ahí. Pero a veces cambia de lugar, y se la puede encontrar en los lugares más
inesperados.
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