sábado, 14 de noviembre de 2015

EL CARRO ROJO



Cuenta una leyenda que en la carretera vieja que va desde el Distrito Federal a la Ciudad de Cuernavaca, Morelos, por las noches se ve circular un automóvil rojo.

En él van varias mujeres jóvenes, con aspecto de mujeres galantes.

Este fantasmagórico carro, dicen los que lo han visto, también se aparece en diferentes lugares de la Ciudad de México, y en lugares muy apartados entre sí.

Las mujeres transitan en dicho automóvil son muy bellas, van vestidas con ropa llamativa y atrevida, como si fuesen o salieran de una fiesta.

Gritan y cantan felices de la vida, pareciera que se hubiesen tomado unas cuantas copas de más.

Cuando en su recorrido por la carretera o por las calles de la Ciudad de México encuentran uno a varios hombres, con palabras y gestos obscenos lo invitan a subirse al carro rojo, que por cierto es muy elegante.

Las mujeres son tan bellas y sus actos provocativos tan sexuales que pocos son los hombres que logran substraerse a la invitación.

Una vez que el hombre ha subido al carro rojo, desaparece por varios días, hasta que por casualidad su cuerpo es encontrado a la orilla de la carretera o en la cuneta de alguna de las calles citadinas.

Cuando el cuerpo es revisado en la Morgue, se le encuentran tatuadas señales, símbolos y dibujos que hacen pensar que esas mujeres pertenecen a alguna secta diabólica, y que la víctima ha sido objeto de ceremonia y rituales pavorosos, aun cuando ningún hombre ha sobrevivido para contarlos.

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