Había
una vez una hermosa mujer triqui de Oaxaca que se casó con un hombre pobre.
La mujer
antes de casarse había tenido un amante que era muy rico.
Arrepentida
de su matrimonio, deseaba que su esposo desapareciera
para poder casarse con su antiguo amor.
Un día
decidió matarlo y lo llevó a dar un paseo por el Sumidero del Diablo. En un
descuido, empujó a su esposo quien cayó desbarrancado.
Libre ya
del pobre hombre, la mujer se casó con el amante que le daría amor y, sobre
todo, dinero.
Cierto
día una Serpiente Emplumada vio al hombre y se compadeció de su tragedia. Le
dijo que se agarrase de su cola para sacarlo de donde se encontraba.
Al salir
del Sumidero, la serpiente se sacudió y cayeron al suelo muchas hermosas
plumas; le dijo al hombre que las recogiera y las llevara a vender para
convertirse en un hombre muy rico.
Poco
después, la mujer acompañada de su esposo, vio por casualidad caminando
por el pueblo al que fuera el primero y comentó a su acompañante: -Ese
hombre que va ahí se parece mucho a mi primer esposo.
Al
pronunciar estas palabras, la Serpiente Emplumada se apareció y dio muerte a la
pareja.
Pasado
un cierto tiempo, el nuevo hombre rico conoció a una joven triqui
que era toda bondad, dulzura y belleza, y se casó con ella.
Formaron
una familia de cinco hijitos y vivieron muchos años muy felices gozando
de la riqueza que le había proporcionado la maravillosa Serpiente Emplumada.
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