Hace mucho tiempo que
Suruán, llamado también Taretzuruán un hermoso cerro de la Meseta Tarasca, que
tiene la apariencia de un murciélago, fue a visitar a Marijuata, un cerro cerca
de Paracho, para pedirle que contrajera matrimonio con él, y a cambio le
proporcionaría mucha agua.
Pero Marijuata,
indignada por tal atrevimiento, contestó que no, y además le pegó con una vara
en su brazo izquierdo, al que dejó más bajo que el otro, como puede apreciarse en
un ala del murciélago, cerro.
El desdeñado Suruán
decidió que se casaría con Cheranguerán, un pueblo que se localiza cerca de la
población de Cupatitzio, en la parte alta de Uruapan, y le otorgaría toda su
agua al hermoso Uruapan.
Mientras tanto, la
Marijuata contraía matrimonio con Cuicuintacua, un cerro que se encuentra cerca
de pueblo localizado hacia el norte de Ahuirán, en el hoy municipio de Paracho.
Dicho cerro era sumamente seco.
Los buenos propósitos de
Suruán de darle agua a Uruapan no se podían realizar, por la terrible oposición
del Diablo.
Cada vez que Suruán
enviaba el agua, el Diablo impedía a toda costa que pasara. Suruán se
encontraba muy consternado por no poder enviar el agua, pues se daba cuenta de
que tanto los animales como los hombres necesitaban con urgencia el preciado
líquido y estaban sufriendo mucho por la escasez.
El Diablo insistía en
impedir que el agua bajara hasta Uruapan. Sin embargo, un buen día se formaron
arriba del cerro unas nubes y remolinos, el agua empezó a tomar fuerza en el
cerro y fue descendiendo.
El Diablo empleaba todo
su poderío para detenerla; en esas estaba cuando de repente resbaló y cayó con
una rodilla sobre una piedra. Y cayó con tanta fuerza y presión que la rodilla
quedó marcada para siempre en el lugar donde surge el río Cupatitzio, lugar
conocido como La Rodilla del Diablo, y que aún puede verse en el Parque
Nacional Eduardo Ruiz de Uruapan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario