La Yusca es una mujer que se
aparece como una bruja, pero frecuentemente hace su aparición como una mujer
que llevase un rebozo para cubrirse.
Se aparece en casi todos los
pueblos de San Luis Potosí.
En una ocasión para realizar
sus trabajos de brujería, se quitó sus ojos y los puso en un agujero que se
encontraba en una de las paredes de la iglesia del pueblo, por la parte de
afuera.
Para remplazar sus ojos se
puso unos de un tenamaste, una de las piedras del fogón, que le permitían ver
bien por la noche.
Cuando hubo terminado de
realizar el trabajo de brujería, regresó a la pared de la iglesia para recobrar
sus ojos, pero ya no estaban donde los había dejado, y tuvo que dejarse los
ojos de tenamaste.
Desgraciadamente, con estos
ojos no podía ver bien durante el día, por lo cual tuvo necesidad de emplear un
bastón para ayudarse a caminar y no tropezar y caer, pero en la noche era
diferente porque veía estupendamente con sus ojos de tenamaste.
A la Yusca le gustaba
caminar llevando al brazo una canasta, cubrirse con un rebozo y pedir limosna.
También le encantaba acudir
a los velorios; de repente se aparecía en ellos y se ponía a cantarle al
difunto. Así, en una noche recorría varios pueblos en cuyas casas en lo que
había un muertito que velar.
Todo el mundo le tiene
miedo, porque con su capacidad de embrujar puede causar mucho daño a las
personas; por eso, cuando acude a los velorios nadie le dice nada, y la dejan
cantar a su antojo, no vaya a ser la de malas y cause perjuicios, como quitar
el alma, lo cual es terrible porque la persona es seguro que se muere.
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