El padre Anselmo Martínez
era un sacerdote muy querido que vivía en su iglesia de Tlalnepantla en la
Ciudad de México.
Aunque era español deseaba
morir en México. Siempre ayudaba a los necesitados llevándoles comida y una
caritativa visita a los enfermos en sus casas.
Cuando murió a la edad de
ochenta y un años, todo Tlalnepantla acudió a su funeral y a su entierro que se
efectuaron en el Panteón Jardines del Recuerdo, donde en su tumba el epitafio
reza: “R.P. Anselmo Martínez, mantenemos sus restos entre nosotros, su alma ya
con Dios está”.
Tiempo después de haber sido
enterrado, los sepultureros del panteón se dieron cuenta de que el pasto de su
tumba aparecía maltratado por huellas de pasos y extraños círculos.
Pensaron que se trataba de
los visitantes, pero se dieron cuenta de que no eran ellos los causantes, ya que
tenían mucho cuidado de no dañar el césped.
Para averiguar qué sucedía
el jardinero del panteón, Vicente Cortés, decidió pasar la noche cerca de la
tumba en cuestión para ver si atrapaba al causante del deterioro.
Al dar las dos de la mañana,
sintió que algo frío pasaba a su lado y le ponía la carne de gallina, el pelo
se le erizó, y las piernas no le respondieron cuando intento correr.
Entonces, vio una sombra que
se arrodillaba frente a la tumba de don Anselmo. Vicente, a pesar de su miedo,
observaba con curiosidad la escena.
Se trataba de un hombre alto
y delgado que al poco tiempo se levantó y volvió a pasar junto a Vicente,
causándole el mismo escalofrío de muerte.
Al día siguiente, cuando
llegó a podar la tumba, se encontró con las mismas huellas sobre el pasto. A la
noche volvió a acudir a la tumba del fraile, y sucedió lo mismo: otra sombra se
volvió a presentar a las doce de la noche.
Oyó murmullos, pero no pudo
acercarse más y el miedo le impulsó a irse corriendo.
Vicente comprendió que la
razón del césped maltratado eran los muertos del panteón que noche tras noche
acudían a visitar al padre Anselmo en busca de confesión… y el padre los
ayudaba como siempre ayudó a sus fieles a pesar de estar muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario