En el
poblado de Ticul, Yucatán, vivía, a finales del siglo XVII, un curandero que se
llamaba Juan Moo.
Este
brujo tenía la capacidad de transformarse en Huay Pek, el Perro Brujo.
Dicho
curandero se destacaba por su poderosa personalidad y se le conocía como unos
de los más acertados médicos populares, a quien llamaban de Campeche y de
Quintana Roo, por su extendida fama.
Juan Moo
era muy respetado entre la población, aun cuando las autoridades eclesiásticos
no le aceptaban y lo tildaban de pagano.
Quién
sabe porqué no le había arrestado la Santa Inquisición.
Cuando llevaba a cabo sus trabajos de magia blanca, se convertía en un grandísimo perro negro.
Como los españoles eran un poco incrédulos, un día
el coronel Bixente Almazán Guardiola acompañado por otros militares, decidió
vigilar a Juan Moo desde una casa situada en una calle cercana al cementerio.
Pasadas tres noches, vieron a un perro grande, y el
coronel sacó su arma para espantarlo, pues no creyó que fuese el Huay Pek; al
darse cuenta el animal, le vio con sus ojazos rojos, dio un espeluznante
aullido y se lanzó sobre el hombre, quien se fue para atrás y soltó su arma,
temeroso de emplearla ante tal ser demoníaco.
Los demás militares se asustaron y se escondieron
bajo la ventana, se persignaron y rezaron. Al día siguiente, el coronel Almazán
le platicó a todo el mundo la aventura que había tenido con el temido Huay Pek,
al que había visto y se había convencido de su existencia.
Huay Pek sigue viviendo hasta nuestros días. En el
estado de Yucatán se tiene la creencia de que existen no sólo un brujo nahual,
sino muchos de ellos que afectan a las personas y a los animales con sus malas
acciones.
Una noticia aparecida recientemente en Radio Mayab TV
cuenta que en el poblado de Tzucacab los Vecinos de varias colonias de este
poblado sureño aseguran que en las noches deambula por las calles un extraño
ser que semeja un can grande de color negro que camina sobre sus patas
traseras.
Una ola de pánico y terror invade a los vecinos de
las colonias "Guadalupe", "Miguel Hidalgo", "San
Esteban" y "Tres Reyes", de este poblado sureño, debido a los
rumores que circulan en el sentido de que un extraño ser grande, de color
negro, recorre las calles en las noches y a su paso aúllan los perros.
Debido a lo anterior, después de las 10 de la noche
la gente se refugia en sus viviendas y no sale para nada, pues se dice que se
trata de un "huay pek" brujo perro, temen ser agredidos por
dicho ente y afirman que cuando éste camina por las calles, los canes domésticos
ladran desesperados.
Algunos vecinos aseguran haberlo visto desde la
ventana de sus moradas y dicen que se trata de una especie de perro grande, que
en ocasiones camina parado sobre sus patas traseras e incluso, un sujeto que se
arriesgó a salir y seguirlo de lejos, asegura que lo vio aullar como si fuera
un humano.
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